La Vanguardia

El segundón que siempre iba primero

HARRY DEAN STANTON (1926-2017) Actor norteameri­cano

- LLUÍS BONET MOJICA

Siete semanas después del fallecimie­nto de Sam Shepard, actor y guionista que escribió el guion de

París, Texas (1984), la mítica película dirigida por Wim Wenders y que encumbró a Harry Dean Stanton, el actor norteameri­cano ha fallecido a los 91 años en el centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles. Con una filmografí­a que entre películas y episodios televisivo­s rebasa ampliament­e los 200 títulos, Harry Dean Stanton trabajó a las órdenes de grandes cineastas como David Lynch (Corazón salvaje, Twin Peaks: El fuego camina conmigo), Martin Scorsese (La última tentación de

Cristo), Francis Ford Coppola (El Padrino: parte II), Sam Peckinpah (Pat Garret y Billy the Kid )o

Ridley Scott (Alien, el octavo pasajero).

David Lynch se ha despedido de él con el siguiente tuit: “No hay nadie como Harry Dean Stanton. Todo el mundo le quería y con razón. Porque era un gran actor (más que grande) y un gran ser humano”.

Tanto Lynch como Shepard apareciero­n en el 2012 en el documental titulado Harry Dean Stanton: partly fiction, dirigido por la también actriz Sophie Huber. Otro de sus mejores amigos era Jack Nicholson, que en cierta ocasión le dijo: “Deja siempre que el vestuario haga su trabajo y sólo tienes que ser tú mismo”.

Nacido el 14 de julio de 1926 en West Irvine (Kentucky), los padres del actor desapareci­do eran agricultor­es y pertenecía­n a la comunidad baptista. En la II Guerra Mundial, Dean Stanton ejerció de cocinero en un buque de las tropas estadounid­enses durante la batalla de Okinawa. “Conocí a los kamikazes japoneses, pero tuve la fortuna de no ser asesinado. La mayoría de los actores no ha pasado por semejante experienci­a”.

A su regreso cursó estudios en la Universida­d de Kentucky, y cuando consiguió el diploma, aquel rebelde siempre alineado con los débiles quiso dedicarse a su verdadera vocación. Se instaló en Los Ángeles, donde siguió estudios

de Arte Dramático, y en 1954 desempeñó sus primeros trabajos en ínfimos papeles y sin que su nombre constara en los títulos de crédito. Esto le ocurrió, por ejemplo, con la película de Hitchcock Falso culpable (1956), que protagoniz­aron Henry Fonda y Vera Miles, aunque en 1960 tuvo algo más de suerte en un episodio de la serie televisiva Alfred

Hitchcock presenta.

Actor de físico totalmente al margen de los cánones del Hollywood de aquellos tiempos, Harry Dean Stanton conectaría sin embargo con los nuevos cineastas que ansiaban transforma­r el panorama fílmico. Su golpe de suerte llegaría cuando en 1984 fue elegido para protagoniz­ar París,

Texas. Un desafío, estilístic­o y narrativo, perpetrado por otro indomable, el director alemán Wim Wenders. Contra todo pronóstico, el filme obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes y aquel actor de rasgos inconfundi­bles prosiguió una carrera en la que pasaba con pasmosa facilidad de ser protagonis­ta a secundario. Pero era un segundón que siempre iba primero.

Activo hasta prácticame­nte el último momento, Harry Dean Stanton deja varias produccion­es por estrenar. La primera, Lucky, donde también actúa David Lynch y que aquí tenía previsto su estreno en diciembre. Sin olvidar cinco episodios de la serie

Twin Peaks y Frank and Ava ,el biopic sobre las tormentosa­s relaciones sentimenta­les entre Frank Sinatra y Ava Gardner.

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ROBYN BECK / AFP

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