Al rescate de Hamza
El mejor amigo de Stieg Larsson lucha por la libertad de un periodista detenido en Barcelona
Podría ser el argumento de una novela como las que componen la serie Millennium: un periodista que hace décadas que vive en un país que no es el suyo por nacimiento es acusado por las autoridades de la tierra donde vio la luz de pertenecer a un grupo terrorista. Y, mediante una orden internacional de detención, es arrestado en un país tercero tras bajar de un avión. Esa es la delicada peripecia vital del periodista turco sueco Hamza Talçin, que se encuentra confinado en una prisión catalana desde su detención en El Prat el 3 de agosto a la espera de que se resuelva una compleja orden de extradición en la que se mezclan cuestiones políticas, diplomáticas y jurídicas.
Para completar la trama de este caso tan real como comprometido, en el que influyen sin duda cuestiones geopolíticas, aparece el personaje del amigo fiel que quiere sacar a su colega de prisión y hacer para ello cuanto esté en su mano. Este es el papel que desempeña Kurdo Baksi, el autor del libro superventas Mi amigo Stieg Larsson. La obra responde a cuestiones biográficas que justifican plenamente el título. Baksi ayudó al autor sueco ya fallecido cuando el creador de personajes como Lisbeth Salander o Mikael Blomkvist se quedó sin trabajo o sin financiación para la revista Expo. Del mismo modo que apoyó a Larsson porque creía en él, desde que Hamza Talçin se encuentra encarcelado ha viajado en varias ocasiones a Barcelona para verse con él y para decirle a todo el que quiere escucharle que lo que le ocurre a este periodista es injusto y que es víctima de una persecución política. Su amigo es un periodista con doble nacionalidad turco sueca y que es muy crítico con el régimen del presidente turco Recep Tayyip Erdogn, envuelto desde la intentona de golpe de Estado de julio del pasado año en una campaña de represión y detenciones que afecta a políticos, militares, funcionarios y periodistas. Baksi cree que las acusaciones de Ankara contra su amigo Hamza se pusieron en marcha después de un primer artículo firmado por el periodista –hasta aquel momento había usado un seudónimo– el 17 de noviembre del 2016 en el que criticaba fuertemente a Erdogan. “He visto a mi amigo Hamza muy decepcionado con el Gobierno español. Cree que con su caso se ayuda a Erdogan a limitar la libertad de expresión”, explica Kurdo Baksi a La Vanguardia.
El acuerdo de extradición entre España y Turquía establece unos plazos bastante claros para la pre- sentación de alegaciones para defender la solicitud, algo que las autoridades de Ankara hicieron el 30 de agosto. Ahora el Ministerio de Justicia español tiene un límite de 40 días para autorizar o rechazar la extradición. Si no procede, Talçin quedará inmediatamente en libertad. Pero si autoriza a que se proceda, el caso regresará al despacho de Ismael Moreno, el juez de la Audiencia Nacional que lleva su caso. “Si se da esta circunstancia, será ya este juzgado central el que tendrá que resolver un caso en el que de nuevo se hace un uso político de las órdenes de detención de Interpol”, afirma el abogado David Aranda, que asesora al periodista detenido en un caso tan real como falsos son los personajes de Larsson.
El arrestado, turco sueco, es acusado por Ankara de ser un terrorista tras criticar a Erdogan en un artículo