El FMI cuantifica la corrupción en el 2% del PIB mundial
“Siempre me acuerdo de aquella escena en la película Casablanca, cuando el capitán Renault cierra el Rick’s Café. Dice que está muy escandalizado al ver la cantidad de apuestas ilegales que tienen lugar en el bar, mientras al mismo tiempo se mete el dinero de sus ganancias en los bolsillos”.
La directora gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional), Christine Lagarde, recurrió a una cita para cinéfilos ayer en una conferencia ante la Brookings Institution de Washington sobre corrupción. “Está claro que este fenómeno sistemático pon en tela de juicio la capacidad de los Estados para gestionar el crecimiento y sacar la población de la pobreza”, declaró ayer la ex ministra francesa.
La corrupción en el mundo oscila entre 1.255 y 1.670 billones de euros al año, el equivalente del 2% del PIB mundial, de acuerdo con estimaciones del Fondo. “Es una fuerza corrosiva que daña la vitalidad de las empresas y frena el potencial económico”, añadió el máximo responsable del Fondo, que lamentó la carencia de metodologías eficaces para valorar y cuantificar este problema, que por definición acostumbra a quedar oculto en el sistema.
Lagarde cree que se precisan iniciativas para promover la transparencia en la contabilidad, así como reformas administrativas que refuercen las instituciones, mediante una reducción de los centros de gastos y de aprobación de licencias, autorizaciones y contratos.
También señaló “la debilidad de algunos centros de poder con fuerza coercitiva, como la fiscalía y la policía, donde se encuentran focos de corrupción”.
Aunque ayer lanzó su órdago a favor de las buenas prácticas, está bien recordar que Lagarde a su vez fue juzgada por un supuesto trato de favor –uso indebido de fondos públicos– al multimillonario Bernard Tapie en el 2008, cuando era ministra de Finanzas del entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy. Fue condenada en el 2016 por “negligencia” pero no se le aplicó ninguna pena.