La Vanguardia

El sueño kurdo

Los kurdos iraquíes se preparan para el referéndum del domingo, convencido­s de que les abrirá las puertas a un Estado propio

- XAVIER MAS DE XAXÀS Barcelona

La partición de Oriente Medio tras la Primera Guerra Mundial descuartiz­ó el Kurdistán, una situación que puede revertirse en el territorio iraquí si sus habitantes votan a favor de la independen­cia en un referéndum declarado ilegal por el Gobierno de Bagdad.

Nada nos detendrá”, afirma con su habitual optimismo el activista kurdo iraquí Kamal Sarvast. “El referéndum del domingo nos abrirá las puertas a un Estado propio –añade–. Tenemos un territorio, un ejército y mucho petróleo. Ha llegado la hora de la independen­cia”.

Cada kurdo –y hay 30 millones repartidos en cuatro países– atesora el sueño de un Estado independie­nte. Se consideran maltratado­s por la historia y por el colonialis­mo europeo. Su voluntad es tan firme como la oposición de todos los países vecinos a un Kurdistán separado de Irak.

El presidente iraquí, Haider al Abadi, anunció ayer la suspensión de la consulta prevista para el próximo lunes. Citó una resolución del Tribunal Constituci­onal, que ordena que el referéndum no se celebre hasta que se resuelvan las dudas sobre su legalidad. El problema para Al Abadi es que no tiene manera de imponer esta suspensión. No tiene ejército ni milicias dentro del territorio kurdo.

Irán, principal actor en Irak, donde controla el gobierno y varios grupos armados chiíes, no apoya la independen­cia porque supondría un foco de desestabil­ización en una región que aún ha de derrotar al Estado Islámico (EI). Lo mismo piensan EE.UU. y el Reino Unido. Turquía, por su parte, teme que un Kurdistán iraquí independie­nte aliente el separatism­o de sus propios kurdos.

La presión de estos países y de las Naciones Unidas para que se suspenda el referéndum no ha tenido efecto. “Nos pidieron que negociáram­os una nueva Constituci­ón con Bagdad –explica Sarvast– sin entender que ese tiempo ya ha pasado. El Gobierno iraquí ha incumplido todas sus promesas”.

Hace años, por ejemplo, que los funcionari­os kurdos no cobran la totalidad de sus sueldos. El desplome del precio del petróleo llevó a Bagdad a recortar la financiaci­ón de una región autónoma que desde 1991 funciona como un Estado semiindepe­ndiente.

Irbil es una ciudad boyante, pero el Gobierno kurdo no tiene recursos suficiente­s y acumula una deuda de unos 17.000 millones de euros. Le cuesta colocar el petróleo que extrae de Kirkuk y otros yacimiento­s. Las reservas son enormes, las sextas del mundo, pero ningún país quiere comprar petróleo a los kurdos sin pasar por Bagdad.

Kirkuk es la clave de todo. La ciudad no está estrictame­nte dentro de los límites de la región kurda, pero los peshmergas la ocuparon en junio del 2014 después de que el ejército iraquí huyera ante el avance del EI. La ciudad es un crisol de árabes, kurdos y turcomanos que conviven en paz, pero que ahora se ven divididos por el referéndum. Los árabes han denunciado, por ejemplo, que los kurdos les prohíben comprar tierras y los turcomanos no quieren vivir en un Estado que, de momento, no tiene el apoyo expreso de Turquía. Sarvast opina que Ankara permitirá la independen­cia a cambio de petróleo y la garantía de que la milicia del PKK no podrá esconderse en las montanas de Kandil.

El presidente kurdo, Masud Barzani, ha prometido un Kurdistán confederad­o, con amplia autonomía para Kirkuk y otras provincias. Al Abadi, por su parte, está dispuesto a hablar de independen­cia siempre y cuando Kirkuk quede al margen. Pero sin el petróleo de esta ciudad el Kurdistán no sería viable. De ahí que Barzani siga adelante con la consulta, amparado por la fuerza de su ejército y el apoyo de la población. Tan pronto tenga los resultados anunciará el inicio de un proceso de secesión al que, sin embargo, no ha dotado de un calendario. “Es una puerta abierta a la negociació­n –dice Sarvast–, pero sólo para fijar los términos de la independen­cia”. Irak, un país azotado por el terrorismo suní, es un Estado fallido y los kurdos aprovechan esta debilidad para consumar su sueño.

Kirkuk, rica en petróleo y ocupada por los kurdos pero fuera de su territorio, es la clave de todo

 ?? GAILAN HAJI / EFE ?? Los peshmergas desfilan en Irbil y garantizan las fronteras de la región kurda en el norte de Irak
GAILAN HAJI / EFE Los peshmergas desfilan en Irbil y garantizan las fronteras de la región kurda en el norte de Irak

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