Rajoy pide de nuevo a Puigdemont que ceda y abandone “este disparate”
El presidente subraya que el Estado ha demostrado que sabe y puede defenderse
Apoyo a los jueces, fiscales, fuerzas de seguridad que están interviniendo en Catalunya para impedir el 1-O, y llamadas a la sensatez, al sentido común y a volver a la legalidad. Fueron los mensajes que se lanzaron ayer desde el Gobierno. El propio presidente, Mariano Rajoy, pidió de nuevo a Carles Puigdemont que “dé marcha atrás en este disparate”. Y por la noche, en una declaración institucional insistió en ello. Si el pasado viernes Rajoy le decía al presidente de la Generalitat que aún estaba a tiempo de rectificar, insistió en ese mensaje: “No sigan adelante, regresen a la ley y a la democracia y dejen que los ciudadanos catalanes pasen página de estos días tan aciagos”.
La comparecencia a las nueve de la noche de Rajoy, de forma solemne, en el palacio de la Moncloa, tuvo tres objetivos o destinatarios. El primero, los jueces, fiscales y fuerzas de seguridad, para expresarles su apoyo y utilizar su actuación para demostrar que “el Estado de derecho tiene los instrumentos necesarios para impedir que quienes pretenden infringir normas básicas puedan hacerlo”, para defender la legalidad y para pedir responsabilidades a quienes la incumplen.
El segundo destinatario fue el mundo independentista, para subrayar que después del golpe de ayer al aparato logístico, el referéndum, con los requisitos que el propio Puigdemont se había dado no se puede celebrar. Que si ese referéndum siempre fue ilegal, ahora “es una quimera imposible” y sólo puelas de convertirse en “la excusa para ahondar en la división” entre catalanes. Por eso reclamó a los responsables de la Generalitat “que cesen en las actuaciones ilegales”, que “renuncien de una vez por todas a esta escalada de radicalidad y desobediencia que a nadie beneficia”.
A Podemos, al que llamó la atención por utilizar la calle en este momento decisivo, le dijo que “tendrá que pagar esta deslealtad y deberá responder ante los ciudadanos”. Y a los partidos constitucionalistas les agradeció la unidad mostrada, “que no es un apoyo al Gobierno, sino un compromiso con el Estado de derecho, que hace que esa unidad “sea imprescindible”.
Según la Moncloa, la respuesta del Estado de derecho no se parará con las operaciones de ayer. El Gobierno aseguró que seguirá respondiendo a cada actuación ilegal, “porque no está en juego una demanda política, sino la esencia de la democracia”. Una reacción que seguirá siendo, subrayó, “firme, proporcionada y rigurosa”.
Rajoy hizo mucho hincapié en esa unidad, sin citar partidos, pero en un claro guiño al PSOE, ya que incidió en su tesis de que apoyar las medidas no es apoyar al Gobierno, sino al Estado de derecho y la unidad de España.
El presidente habló después de reuniones que mantuvo por la mañana, por separado, con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, tras la votación del martes en el Congreso, en la que el PSOE no apoyó una moción de Ciudadanos que pretendía dar el visto bueno a la actuación del Gobierno. Una moción que el propio PP le había pedido al partido de Rivera que no presentara, porque era inoportuna y podía suponer más problemas que beneficios.
Mariano Rajoy quería, según las fuentes consultadas, restablecer la unidad de las fuerzas constitucionalistas, que al presidente del Gobierno le basta que sea, como hasta ahora, callada, por parte del PSOE, o condicionada. Y aunque nadie hizo ninguna declaración tras las reuniones, y se limitaron a subrayar que se había abordado la situación en Catalunya, parece que dio resultado, porque por la tarde, durante la comparecencia en el Congreso del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el portavoz socialista insistió en que “estamos con el Estado de derecho y con la legalidad, y coincidimos en ello con el Gobierno de España”, lo que no supone, subrayó, que no sea un “apoyo acrítico”, que requiere, para el PSOE, la necesidad de que todo esto acabe en el diálogo.
En su declaración institucional, Rajoy volvió a hacer una llamada al diálogo: “Siempre hay cauces para dialogar”. Y tras reivindicar que lo ha intentado, aseguró: “Estoy dispuesto a buscar soluciones, estoy dispuesto a escuchar, pero siempre desde el respeto a la ley. En ese marco, está mi disposición al diálogo”
La operación policial de ayer fue apoyada ayer por el Gobierno como un mal inevitable, que a nadie gusta, porque crea tensión, pero que no se puede eludir porque el Estado de derecho debe defenderse de quienes atentan contra él. A juicio del Ejecutivo, la operación, “ha supuesto un golpe muy duro al aparato logístico del referéndum”, pero están convencidos de que la Generalitat habrá previsto nuevos escenarios. Al Ejecutivo le preocupa lo que pueda pasar en la calle, con los independentistas movilizados para tratar de celebrar el referéndum, y unas fuerzas de seguridad que tienen que cumplir con su obligación, lo que puede provocar situaciones “que el Gobierno no quiere”, aunque hay quien piensa en el Partido Popular que eso es lo que les gustaría a los independentistas. Por eso, desde el PP, ayer se rebajaron las declaraciones y se guardó más silencio de lo que en realidad les pedía el cuerpo.