Sánchez cierra filas con el Gobierno y trata de evitar grietas en el PSOE
Ferraz reclama a Puigdemont y Junqueras que desconvoquen el referéndum
“Nosotros no criticamos, pero no compartimos muchas de las decisiones que se están tomando, eso es evidente”, admitía ayer un diputado socialista en el Congreso, alarmado por las noticias que llegaban de la operación que la Guardia Civil estaba desplegando en Catalunya. Otros cuadros del PSOE también se mordían la lengua en público: “¡Esto es un disparate!”, admitían en privado. “La justicia hay que aplicarla con inteligencia”, razonaba otro. Pero también había dirigentes que, en cambio, se aferraban al cumplimiento de la legalidad e instaban a cerrar filas con el Gobierno: “Esto de Catalunya es una guerra al Estado, y no caben muchos matices como el de la votación del martes en la que se rompió la unidad en defensa de la Constitución. Ese voto negativo fue además una sorpresa para la mayoría del grupo”.
Mientras las distintas sensibilidades del PSOE estaban ya en ebullición ante la aceleración de los acontecimientos en Catalunya, Pedro Sánchez, convocado de urgencia a la Moncloa, se reunió a las 10.30 h de la mañana con Mariano Rajoy. Y, ante la gravedad de los hechos, en cuanto regresó a Ferraz comunicó a su equipo que anulaba los viajes que tenía previstos esta semana a Nueva York y Toronto. El líder del PSOE evitó ayer todo protagonismo público, y en su lugar varios presidentes autonómicos socialistas fijaron posiciones discrepantes. Así, la balear Francina Armengol criticó las detenciones: “Las actuaciones de hoy sobrepasan una línea roja”. La andaluza Susana Díaz defendió en cambio la estrategia del Gobierno: “El Estado tiene la obligación de restablecer la ley desde el respeto escrupuloso a los órganos judiciales y a los poderes del Estado”. Y el aragonés Javier Lambán expresó su respaldo al Estado frente a la “sedición” de la Generalitat.
Con todos ellos habló después el propio Sánchez, para explicarles sus conversaciones con Rajoy, fijar posiciones comunes y tratar de evitar las grietas que ya empezaron a hacerse visibles. Y, ya a última hora de la tarde, el secretario de organización de Ferraz, José Luis Ábalos, compareció públicamente para fijar la posición oficial del partido e intentar desdramatizar la existencia de opiniones contrapuestas en la amplia familia socialista. “Pedimos al Govern de la Generalitat que desconvoque el 1-O, y que Puigdemont y Junqueras se abran a la vía del diálogo político”, reclamó. Ábalos explicó que, en su cita en la Moncloa, Sánchez comunicó a Rajoy que el PSOE “seguirá apoyando al Gobierno en el cumplimiento de la ley”. Aunque también le expresó “nuestra inquietud de que todas las medidas que se adopten sean mesuradas, proporcionadas y no provoquen un daño mayor del que pretenden evitar”. Aunque advirtió que ese mismo planteamiento lo compartía el presidente del Gobierno. En cuanto a las detenciones, Ábalos precisó que “no es una medida del Gobierno, viene a instancia judicial y es una actuación conforme a derecho”. Quien comete un delito, resumió, sabe a lo que se expone. “Todos son adultos y conocen las consecuencias de los actos que cometen”. No obstante, admitió que estas detenciones generan “inquietud y alarma”. Pero “uno tiene que saber que cuando desafía al Estado, el Estado reacciona”. E insistió en abrir vías de diálogo político. “Queremos tender la mano a todas las partes para unir más que para dividir. La solución será política, no vendrá de la mano de los tribunales”, advirtió.
Los socialistas piden que “no se provoque un daño mayor del que se pretende evitar”
“No criticamos, pero no compartimos muchas decisiones”, advierte un diputado