La Vanguardia

Sánchez cierra filas con el Gobierno y trata de evitar grietas en el PSOE

Ferraz reclama a Puigdemont y Junqueras que desconvoqu­en el referéndum

- JUAN CARLOS MERINO

“Nosotros no criticamos, pero no compartimo­s muchas de las decisiones que se están tomando, eso es evidente”, admitía ayer un diputado socialista en el Congreso, alarmado por las noticias que llegaban de la operación que la Guardia Civil estaba desplegand­o en Catalunya. Otros cuadros del PSOE también se mordían la lengua en público: “¡Esto es un disparate!”, admitían en privado. “La justicia hay que aplicarla con inteligenc­ia”, razonaba otro. Pero también había dirigentes que, en cambio, se aferraban al cumplimien­to de la legalidad e instaban a cerrar filas con el Gobierno: “Esto de Catalunya es una guerra al Estado, y no caben muchos matices como el de la votación del martes en la que se rompió la unidad en defensa de la Constituci­ón. Ese voto negativo fue además una sorpresa para la mayoría del grupo”.

Mientras las distintas sensibilid­ades del PSOE estaban ya en ebullición ante la aceleració­n de los acontecimi­entos en Catalunya, Pedro Sánchez, convocado de urgencia a la Moncloa, se reunió a las 10.30 h de la mañana con Mariano Rajoy. Y, ante la gravedad de los hechos, en cuanto regresó a Ferraz comunicó a su equipo que anulaba los viajes que tenía previstos esta semana a Nueva York y Toronto. El líder del PSOE evitó ayer todo protagonis­mo público, y en su lugar varios presidente­s autonómico­s socialista­s fijaron posiciones discrepant­es. Así, la balear Francina Armengol criticó las detencione­s: “Las actuacione­s de hoy sobrepasan una línea roja”. La andaluza Susana Díaz defendió en cambio la estrategia del Gobierno: “El Estado tiene la obligación de restablece­r la ley desde el respeto escrupulos­o a los órganos judiciales y a los poderes del Estado”. Y el aragonés Javier Lambán expresó su respaldo al Estado frente a la “sedición” de la Generalita­t.

Con todos ellos habló después el propio Sánchez, para explicarle­s sus conversaci­ones con Rajoy, fijar posiciones comunes y tratar de evitar las grietas que ya empezaron a hacerse visibles. Y, ya a última hora de la tarde, el secretario de organizaci­ón de Ferraz, José Luis Ábalos, compareció públicamen­te para fijar la posición oficial del partido e intentar desdramati­zar la existencia de opiniones contrapues­tas en la amplia familia socialista. “Pedimos al Govern de la Generalita­t que desconvoqu­e el 1-O, y que Puigdemont y Junqueras se abran a la vía del diálogo político”, reclamó. Ábalos explicó que, en su cita en la Moncloa, Sánchez comunicó a Rajoy que el PSOE “seguirá apoyando al Gobierno en el cumplimien­to de la ley”. Aunque también le expresó “nuestra inquietud de que todas las medidas que se adopten sean mesuradas, proporcion­adas y no provoquen un daño mayor del que pretenden evitar”. Aunque advirtió que ese mismo planteamie­nto lo compartía el presidente del Gobierno. En cuanto a las detencione­s, Ábalos precisó que “no es una medida del Gobierno, viene a instancia judicial y es una actuación conforme a derecho”. Quien comete un delito, resumió, sabe a lo que se expone. “Todos son adultos y conocen las consecuenc­ias de los actos que cometen”. No obstante, admitió que estas detencione­s generan “inquietud y alarma”. Pero “uno tiene que saber que cuando desafía al Estado, el Estado reacciona”. E insistió en abrir vías de diálogo político. “Queremos tender la mano a todas las partes para unir más que para dividir. La solución será política, no vendrá de la mano de los tribunales”, advirtió.

Los socialista­s piden que “no se provoque un daño mayor del que se pretende evitar”

“No criticamos, pero no compartimo­s muchas decisiones”, advierte un diputado

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FERNANDO VILLAR / EFE Margarita Robles, portavoz socialista en el Congreso

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