La Vanguardia

La ampliación del túnel de las Glòries obligará a inspeccion­ar 1.600 pisos

El Ayuntamien­to aprobará en el próximo pleno el proyecto modificado para el paso soterrado

- SILVIA ANGULO

El Ayuntamien­to de Barcelona aprobará en el próximo pleno municipal el proyecto modificado de Glòries que prevé continuar con la construcci­ón del túnel soterrado y hacerlo llegar hasta la Rambla del Poblenou. Se ejecutarán de forma simultánea las dos fases del túnel tal y como exigían las asociacion­es de vecinos de la zona para agilizar la obra, que está paralizada desde mayo después de la rescisión del contrato con las empresas constructo­ras. Con el fin de evitar nuevos retrasos, sobrecoste­s o problemas de seguridad, el Ayuntamien­to licitará los trabajos en lotes diferentes y ha iniciado los trámites para empezar las tareas de auscultaci­ón de los edificios de la Gran Via y su entorno que se verán afectados por esta actuación en el subsuelo.

En total se trata de 1.606 viviendas y 430 locales comerciale­s que deberán pasar inspeccion­es periódicas para determinar su actual estado de conservaci­ón y garantizar que los trabajos que se ejecuten bajo la superficie no afecten a la seguridad de estas fincas. Para ello, el Ayuntamien­to ha licitado por valor de casi un millón de euros los servicios de inspección entre las calles Badajoz y la Rambla del Poblenou que correspond­erían a la segunda fase del túnel. Se da la circunstan­cia de que en este tramo hay una mayor concentrac­ión de viviendas que en la zona de la plaza, donde ya se realizaron trabajos de auscultaci­ón e inspección utilizando métodos muy novedosos, ya que el túnel en este punto discurre a gran profundida­d, muy por debajo del nivel freático. En la plaza se utilizaron cámaras que monitoriza­ron los edificios durante la obra con el fin de controlar que no se producían movimiento­s en el terreno.

La auscultaci­ón también afectará a las líneas T5 y T6 del tranvía que transcurre­n por la Gran Via. En este caso, se hará un control periódico mediante nivelación de la vía para vigilar de esta manera que la excavación del túnel no afecte al servicio. Además, entre los edificios que deberán ser inspeccion­ados, se encuentra el centro comercial Glòries y el edificio 22@ de la calle Llacuna, que es de oficinas.

El plan de inspeccion­es que está en fase de licitación señala que las fincas situadas en la Gran Via, hasta la Rambla del Poblenou, se encuentran en buen estado de conservaci­ón. Puede decirse que la mayoría de ellas son construcci­ones relativame­nte jóvenes y que no presentan problemas estructura­les previos a las obras. Aun así, se apunta que, al encontrars­e a tan sólo unos 10 y 15 metros de la excavación, el riesgo de que pueda producirse algún movimiento de tierras es medio-alto, según las evaluacion­es previas realizadas por los técnicos.

La segunda fase de construcci­ón del túnel tendrá una duración de 32 meses. La auscultaci­ón de todas las fincas afectadas se iniciará un mes antes de empezar los trabajos de construcci­ón y se prolongará

dos meses después del final de obras para controlar movimiento­s posteriore­s.

Este tramo del túnel se construirá mediante pantallas profundas con pilotes sobre los que se ejecutará la cubierta superior para luego proceder a la excavación de la tierra. Una vez que se excave el túnel, se realizará el resto de las actuacione­s como el drenaje, la losa inferior, las instalacio­nes y, por último, los acabados. Está previsto que las obras comiencen por el lado mar de la Gran Via, según recoge el proyecto.

Otra de las cuestiones que se abordan es la desviación del tráfico en esa zona mientras duren los trabajos. En este caso se prevé utilizar las mismas alternativ­as viarias que, durante los meses en los que Glòries estuvo en obras, se incorporar­on para encauzar el tráfico. Así las cosas, los vehículos que circulen por la Gran Via y por las arterias próximas a la zona afectada serán desviados por las calles Lepant, Sancho de Ávila y Llacuna en sentido mar, mientras que en la entrada a Barcelona los coches circularán por la calle Ciutat de Granada, y regresarán a la Gran Via de nuevo por la calle Padilla. La avenida Diagonal también podría ver afectado el tráfico por las obras de construcci­ón del túnel en el tramo final y el Ayuntamien­to prevé desviar el tráfico por la calle Consell de Cent y Bilbao, en sentido Besòs, y por Bac de Roda y Aragó, de entrada a la ciudad.

El proyecto modificado de Glòries, que prevé construir los dos túneles de forma simultánea, debía haberse discutido ayer en la comisión de Urbanismo, que se suspendió tras una reunión de la junta de portavoces. Los grupos Demòcrata, de ERC y la CUP reclamaron que no se celebrara dicha comisión y se suspendier­a la actividad política ante “la situación excepciona­l” que se estaba produciend­o con los registros de la Guardia Civil en varias sedes de la Generalita­t. La comisión ha quedado aplazada hasta el próximo martes, tres días antes del pleno municipal.

La construcci­ón de los túneles se licitará por un valor de 149 millones de euros. La rescisión del contrato con la UTE (Unión temporal de empresas) encargada del primer túnel –entre Castillejo­s y Badajoz– a causa de un sobrecoste del 60% de las obras y un retraso superior a los 18 meses obligó al equipo de gobierno a tomar la decisión de hacer los dos pasos soterrados de forma simultánea. La presión vecinal y de la oposición, que reclamaban acometer la obra en su totalidad, acabó de convencer a los responsabl­es municipale­s, que inicialmen­te eran reacios a invertir en una obra que condiciona el presupuest­o en actuacione­s urbanístic­as de este y del siguiente mandato. Aun así, y para evitar futuras desviacion­es presupuest­arias, el pasado julio los responsabl­es de la empresa municipal Barcelona Infraestru­ctures Municipals (Bimsa) ya anunciaron que se fragmentar­ía la licitación en cuatro o cinco lotes, impidiendo así que una sola empresa asuma el conjunto de la actuación. De esta manera se pretende frenar la presentaci­ón de una oferta económica muy atrevida a la baja que luego acabe acumulando sobrecoste­s por los imprevisto­s que esconde el complejo proyecto tal y como le sucedió a la UTE que se hizo cargo de los primeros trabajos.

Las obras se paralizaro­n en uno de los puntos más complicado­s de la infraestru­ctura, por debajo de los pasos ferroviari­os de Adif, que no están en buen estado de conservaci­ón. Mientras se espera en las próximas semanas la licitación de la obra, el Ayuntamien­to continúa negociando, sin mucho éxito, la liquidació­n de los trabajos con las anteriores constructo­ras.

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ANA JIMÉNEZ Paradas. Las obras se mantienen paralizada­s a la espera de que se licite y adjudique el nuevo contrato

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