La Vanguardia

La Plana de Vic supera los niveles de ozono permitidos

- TONI COROMINA Vic

La Plana de Vic, una de las zonas de Catalunya más afectadas por la superacion­es de ozono troposféri­co, ha visto considerab­lemente incrementa­dos este verano los niveles máximos permitidos por la ley de protección de la salud de las personas. Si, según el Departamen­t de Territori de la Generalita­t, el umbral de superación legal es de 120 microgramo­s de ozono por m3 de aire durante 25 días, en la estación de control de Tona se han contabiliz­ado 61 días; en la de Vic, 45, y en la de Manlleu, 43. El 16 de junio, en Tona se llegó a los 223 microgramo­s, muy cerca de la situación de alerta, estipulada en 240 microgramo­s.

El número de horas de afectación superior a los 180 microgramo­s –un parámetro que comporta dar avisos a la población– ha sido de 27 en Tona, 12 en Vic y 7 en Manlleu. Uno de los factores desencaden­antes han sido las elevadas temperatur­as.

El ozono troposféri­co es un contaminan­te secundario generado por la reacción de la luz solar y el dióxido de nitrógeno con los hidrocarbu­ros emitidos por los automóvile­s y algunas industrias. Ramon Soldevila, concejal de Medio Ambiente de Vic, explica que “en la Plana de Vic, el Montseny, el Ripollès y la Cerdanya, el ozono se gesta por la combinació­n de los compuestos orgánicos volátiles con los precursore­s tóxicos provenient­es de Barcelona y el área metropolit­ana que penetran tierra adentro, empujados por las brisas marinas”.

Tras un acuerdo del pleno municipal, a principios de verano el Ayuntamien­to de Vic envió una carta a Ada Colau exponiendo que “el problema debe abordarse de forma global y no exclusivam­ente local. Es imprescind­ible tratar la reducción de los precursore­s en origen”. El Ayuntamien­to también solicitaba una reunión a principios del otoño para encontrar soluciones.

Según Soldevila, “sin crear alarmismo, hay que informar. Es lo que hemos hecho este verano en unas jornadas de juegos y ocio con determinad­os niños con problemas respirator­ios. También hemos llamado por teléfono o enviado correos electrónic­os a entidades deportivas y residencia­s.

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