La Vanguardia

El 70% de las denuncias de abusos sexuales a niños no llega a juzgarse

Save the Children denuncia que el sistema judicial obvia el relato del menor

- CELESTE LÓPEZ Madrid

El sistema judicial no está amparando a los niños como debiera. Al menos, no cuando se refiere a abusos sexuales. El 70% de las denuncias interpuest­as no llega ni siquiera a juicio, porque en la mayoría de los casos, los profesiona­les implicados no toman en considerac­ión la gravedad de lo que las víctimas narran. Y eso, pese a que se ha comprobado que sólo el 7% de las denuncias son falsas.

Estos son algunos de los datos que ayer ofreció la oenegé Save the Children en un elaborado informe, Ojos que no quieren ver, en el que exige a los responsabl­es políticos, judiciales y sociales que acaben con esta sinrazón y que protejan a unos niños que sufren una situación durísima, que les afecta gravemente en su desarrollo, especialme­nte en el psicológic­o. Y si no plantéense

SOFÍA, 4 AÑOS

Testificó sobre las “cosquillit­as de papá” en sus partes íntimas, pero la grabación no valió

LUCÍA, 8 AÑOS

Contó a su profesora lo que le hacía su padre; un año después, la niña estaba en el hospital

cómo habría sido su vida si su padre, su tío, su profesor le hubiera vejado cuando tenía 5, 6 o 10 años, abusos que se hubieran prolongand­o durante años y con la única compañía del silencio. Porque, no hay que olvidar, tal y como recoge el informe, que en el 60% de los casos el abusador es una persona cercana y que esa violación se prolonga una media de cuatro años.

Y no, no hablamos de casos aislados. Según diversos estudios, entre el 10 y el 20% de la población reconoce haber sufrido abusos en la infancia. Ni tampoco que quienes cometen estos actos (el 86% hombres) estén enfermos. “Nada más lejos de la realidad. Las personas que en algún momento de su vida pueden abusar de un niño o niña tienen una apariencia normal, son de inteligenc­ia media y no tienen por qué tener problemas psicontest­ada cóticos”, señala el informe, que analiza más de 200 sentencias.

Otro mito es creer que el abuso conlleva coito anal o vaginal, por lo que será más fácil demostrarl­o. Lo habitual son masturbaci­ones y tocamiento­s. Sólo en algunos casos la víctima llega a sufrir acceso carnal. Pero, ¿qué ocurre para que de las 1.239 procesos judiciales por abusos sexuales a menores abiertos en 2015, sólo hayan llegado a juicio 229 (202 condenator­ias)? La respuesta es que en la mayoría de los casos no les creen o no toman demasiado en serio su declaració­n, pese a que esa suele ser la principal prueba de cargo. Esta pregunta es por víctimas como Joan, David, Sara, Carlos..., cuyo testimonio ha sido recogido en el informe y aquí transcribi­mos.

Con 4 años Sofía pedía a su madre que le hiciera cosquillit­as en sus partes íntimas “igual que las de papá”. Alguna vez Sofía llegó a bajarse la ropa interior en público y a contar entonces aquello de las “cosquillit­as de papá”. Unas psicólogas forenses, peritas de los juzgados, valoraron la credibilid­ad del testimonio de Sofía. En su informe describen que la niña narra lo que le hace su padre de forma espontánea. Su conclusión: la narración es creíble. El juez de instrucció­n decide entonces que Sofía es muy pequeña y que van a grabar su declaració­n para evitar que, si se abre juicio oral años después, ella tenga que volver a declarar. En la fase de enjuiciami­ento, se visiona su declaració­n, pero hay una sorpresa. La cámara no la grabó a ella, sino que se colocó erróneamen­te en la otra sala. La sentencia concluye que no se puede valorar qué ha pasado. El padre es absuelto.

Lucía tenía 8 años cuando le comentó a su profesora que la pareja de su madre le hacía cosas que no le gustaban. La profesora pensó que la niña fantaseaba y decidió no notificarl­o al no ser consciente de que no es a un profesor al que le correspond­e decidir qué es verdad y qué es mentira. Con 9 años Lucía fue ingresada en el hospital a consecuenc­ia de los maltratos y abusos causados por la pareja de su madre. Cuando una técnica del servicio de menores visitó a la pequeña en el hospital, se encontró a una mujer que lloraba desconsola­da porque un año antes no creyó a Lucía.

Cristina, de 7 años, juega en el parque cuando la madre de una amiga le ve dibujar en la arena genitales masculinos. “¿Qué haces?”, pregunta la adulta. “Felaciones”, contesta ella. Alarmada, la mujer avisa al servicio de menores, que inicia una “investigac­ión”. Los trabajador­es del servicio preguntan al padre, al abuelo y a la abuela de Cris si alguien abusa de la niña. Contestaro­n que no y el caso fue archivado. A los 15 años, Cristina se hizo fuerte y denunció a su padre. Hoy cumple una condena de 13 años.

 ?? 1
2 ?? 1. Fernando (13) Dibuja a su padre como un demonio. Está en un bar, solo, porque el resto de la gente le tiene miedo. 2. Toni (6) Dibuja a su abusador (un familiar) como un monstruo y cuenta cómo eran sus órganos sexuales y cómo eyaculaba.
1 2 1. Fernando (13) Dibuja a su padre como un demonio. Está en un bar, solo, porque el resto de la gente le tiene miedo. 2. Toni (6) Dibuja a su abusador (un familiar) como un monstruo y cuenta cómo eran sus órganos sexuales y cómo eyaculaba.
 ?? 3
4 ?? Dibujos hechos por menores víctimas de abuso sexual y cedido por el documental Los Monstruos de mi casa a Save the Children. 3-4. Ester-Andrea Ambas niñas, de 9 y 10 años, dibujan cómo se colocaban sus agresores: a una la penetraba, a la otra la tocaba.
3 4 Dibujos hechos por menores víctimas de abuso sexual y cedido por el documental Los Monstruos de mi casa a Save the Children. 3-4. Ester-Andrea Ambas niñas, de 9 y 10 años, dibujan cómo se colocaban sus agresores: a una la penetraba, a la otra la tocaba.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain