El humo de los que fuman en el salón impregna las habitaciones infantiles
El humo del tabaco en los hogares con niños impregna las habitaciones infantiles aunque nunca se haya fumado allí. En sus paredes hay tanta nicotina o más que la que se encontraba en los espacios de trabajo cuando la ley permitía fumar en ellos. Lo han medido los epidemiólogos de la Agència de Salut Pública de Barcelona e investigadores del Institut Català d’Oncologia (ICO).
Estudiaron un centenar de hogares con niños menores de 12 años: 50 libres de tabaco y 50 de fumadores. En algunos de estos se fumaba dentro de casa, en otros sólo en el balcón y en otros no se permitía encender un cigarrillo dentro.
Colocaron unos monitores que contienen bisulfato sódico en las paredes del comedor y de la habitación infantil y los dejaron allí durante una semana para tener una medida media adecuada, que incluyera días muy ventilados y fines de semana. “Y en los que se fumaba encontramos en el comedor 1,04 microgramos por metro cúbico de mediana, pero en las habitaciones de los hijos, donde duermen y no se fuma, había 0,48 microgramos por metro cúbico, una cantidad nada despreciable. Para hacerse una idea, en las mediciones que se hicieron al prohibirse por ley el tabaco en los puestos de trabajo, en esas estancias había entre 0,24 y 0,40 microgramos de nicotina por metro cúbico. Los niños duermen con más nicotina que eso y no hay ley que pueda protegerles”, explica la investigadora principal, la epidemióloga María José López.
Cuando los adultos fumadores se van al balcón, la cantidad de nicotina en las habitaciones infantiles disminuye, “pero sigue entrando”. Es la primera vez que se demuestra esta presencia de nicotina secundaria en habitaciones donde no se fuma. “Ahora tenemos la medida del problema y está claro que hay que pensar qué se puede hacer para prevenir las consecuencias en los niños, a quienes la ley protege en los espacios públicos, pero no puede hacerlo en casa. Ellos pasan mucho tiempo en la habitación, al menos toda la noche y de forma continuada, y además son cuerpos en desarrollo y respiran más rápido que los adultos. Así que absorben más, están más expuestos”, resume López.
Los principales problemas de salud que provoca en los niños ese humo oculto son de tipo respiratorio –agravamiento del asma, tos, irritación de las vías– y más infecciones de oído. A largo plazo, todos los del tabaco.
Ahora que ya tienen la medición de la nicotina en los hogares de fumadores con niños, grupos de toda España están a punto de publicar los resultados de una encuesta que intenta medir la extensión del problema. “Según los resultados preliminares, la prevalencia de exposición general en niños y niñas al tabaco de casa es superior al 20%, pero hay una gran diferencia según el nivel socioeconómico. En las familias de clases sociales más desfavorecidas superaría el 30%”, apunta la epidemióloga.
Salud pública de Barcelona está analizando el problema para proponer medidas que tengan en cuenta estas diferencias. Cuentan con dar a conocer el detalle de lo que han encontrado y la diferencia entre fumar en el comedor y en el balcón, y proporcionar ayudas para dejar de fumar a esos adultos que llenan de humo sin saberlo el cuarto de los niños.