La Vanguardia

Un país con un corazón de motor y la competició­n en las venas

LA 46ª EDICIÓN DEL RAL·LI D'ANDORRA LLENÓ LAS CARRETERAS DEL PAÍS DE MÍTICOS COCHES DEPORTIVOS Y VOLVIÓ A DEJAR DE MANIFIESTO LA EXPERIENCI­A Y VOLUNTAD DEL PRINCIPADO Y DEL AUTOMÒBIL CLUB D'ANDORRA EN ORGANIZAR PRUEBAS DE MOTOR DE PRESTIGIO INTERNACIO­NAL

- BARCELONA Carlos Rufas

Las reviradas carreteras andorranas vivieron el paso, este fin de semana, de decenas de modelos míticos en la 46ª edición del prestigios­o Ral·li d'Andorra. Una prueba que evidenció, una vez más, la apuesta del país de los Pirineos por organizar eventos y competicio­nes de motor de alcance internacio­nal de forma segura, sólida y con mucho futuro, a través del Automòbil Club d'Andorra (ACA). Esta organizaci­ón es especialis­ta, desde hace muchos años, en llevar a cabo una serie de competicio­nes deportivas de alto nivel que tienen como epicentro las espectacul­ares carreteras de montaña del país.

Así, el éxito de Andorra y el ACA en la organizaci­ón de eventos de motor de prestigio internacio­nal volvió a quedar de manifiesto el fin de semana pasado, con el Ral·li d'Andorra Històric. Este año se optó por limitar el número de participan­tes para garantizar una perfecta organizaci­ón, unos excelentes servicios y la seguridad de todos aquellos que iban a tomar parte en la competició­n.

Así que de los más de 160 equipos que quisieron inscribirs­e, solo pudieron hacerlo 100. Una muestra del enorme atractivo internacio­nal de este rally es la gran presencia de equipos procedente­s de Francia, casi la mitad de los que tomaron la salida. La mayoría del resto de participan­tes se repartiero­n a partes casi iguales entre los equipos andorranos y españoles.

HISTORIA Y TRADICIÓN

El actual Ral·li d'Andorra nació como tal en 1970, pero la tradición andorrana en este tipo de competicio­nes se remonta a dos décadas antes, cuando en diferentes formatos se disputaban pruebas de caracterís­ticas similares. Basta recordar el Ral·li Internacio­nal d'Andorra, que en 1962 unió a los cinco países más pequeños de Europa –Mónaco, Luxemburgo, Liechtenst­ein, San Marino y Andorra–, en una prueba que tuvo cinco puntos de partida, las cinco capitales de estos pequeños estados, un punto de reunión, en la localidad francesa de Bayona, y el final en Andorra, aunque antes de llegar los participan­tes tuvieron que afrontar subidas impresiona­ntes a los míticos puertos del Tourmalet y el Aubisque, y, una vez en Andorra, a La Massana.

O las pruebas míticas que unían distintos puntos de la geografía catalana, como Barcelona y El Vendrell, con Andorra, en los años 60 y 70, y que fueron la cuna de muchas de las competicio­nes de rallies que se desarrolla­ron en los años siguientes.

La prueba andorrana recuperó su carácter internacio­nal en 1979, cuando cumplía el décimo aniversari­o de su consolidac­ión definitiva, y seis años más tarde, en 1984, se organizó el Rally Rothmans Andorra-Lloret de Mar. En aquella ocasión, los pilotos disputaron varios tramos en Andorra, para desplazars­e posteriorm­ente a Lloret, donde tuvieron que competir en varios de los tramos que formaban parte del trazado del Rally Costa Brava, una de las pruebas más importante­s del mundial de rallies de la época. Aunque en alguna edición posterior el rally tuvo su inicio en diferentes ciudades para acabar concentran­do a los pilotos en Andorra, las últimas ediciones han transcurri­do en el país de los Pirineos prácticame­nte sin interrupci­ón hasta hoy día.

FIESTA CIUDADANA

Tan solo en cuatro ediciones la prueba no pudo disputarse por diversas circunstan­cias, aunque desde el año 2005 ha sido organizada ininterrum­pi-

Las reviradas carreteras andorranas acogen importante­s citas automovilí­sticas internacio­nales desde hace años

damente, cada vez con mayor éxito, tanto de participac­ión como de público asistente.

La continuida­d en el tiempo, el enorme interés que despierta entre los pilotos y el éxito de la organizaci­ón han convertido al rally en una de las pruebas de estas caracterís­ticas más importante­s de Europa, manteniend­o todo su esplendor y contando con una considerab­le participac­ión internacio­nal, que permite augurar que tiene un futuro espléndido. De hecho, en esta edición del pasado fin de semana se comprobó, una vez más, la comunión de los andorranos con el rally. La exhibición de los vehículos participan­tes en el centro de la capital andorrana se convirtió en el centro neurálgico del rally, gracias a la colaboraci­ón del Comú de Andorra la Vella. La concentrac­ión de tantos coches históricos atrajo a mucho público, que, además, pudo conversar con los participan­tes.

En definitiva, el Ral·li d'Andorra ha vuelto a demostrar este fin de semana por qué se ha consolidad­o a lo largo de su rica historia como una prueba ineludible, prestigios­a y glamourosa del calendario internacio­nal de pruebas de motor.

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Diversas imágenes inéditas de la historia del Ral.li d'Andorra. En la imagen superior derecha, Gil Torres ( Presidente ) y Georges Perez ( Vicepresid­ente ) del ACA, en 1967.
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 ??  ?? La salida del Ral.li d'Andorra en Andorra la Vella, este fin de semana.
La salida del Ral.li d'Andorra en Andorra la Vella, este fin de semana.
 ??  ?? La cónsul mayor de Andorra la Vella, Conxita Marsol, y el presidente del ACA, Enric Pujal, durante la presentaci­ón del Ral·li de este año.
La cónsul mayor de Andorra la Vella, Conxita Marsol, y el presidente del ACA, Enric Pujal, durante la presentaci­ón del Ral·li de este año.

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