Naufragio en el Bernabeu
El Madrid cae derrotado ante el Betis y se aleja siete puntos del Barça
Entre empujones al árbitro, imprecisiones en el remate, grandes actuaciones de los porteros contrarios y un juego demasiado inconsistente, el Madrid ve poco a poco como la Liga se le aleja, y estamos en septiembre. El Madrid no sabe cómo ganar en el Bernabeu. A los dos primeros empates sumó ayer una derrota a manos del Betis cuando, desfondado en el añadido, no supo frenar un contragolpe que supuso el único y sorprendente gol del partido, obra del paraguayo Sanabria, exazulgrana para más inri. A siete puntos del Barcelona en la quinta jornada, el estado del madridismo está a punto de caer en la depresión, si no ha caído ya.
Ni siquiera la esperada aparición de Cristiano, tras cumplir sus cinco partidos de sanción, le sirvió a los blancos para tener un encuentro cómodo. Es más, pese a su supuesto mayor poder rematador, el equipo de Zidane se quedó sin anotar por primera vez en 73 partidos, lo que le impide superar al tan cacareado por la prensa local récord del brasileño Santos de Pelé.
El Betis tuvo siempre las ideas muy claras y sólo le faltó una pizca de acierto de cara al gol en la primera parte, que jugó muy bien. La segunda fue otra cosa. Se dedicó a perder tiempo con descaro y sin sonrojo, permitido una y otra vez por un Mateu Lahoz que pasó por el partido sin que se notase su presencia.
Zidane se sacó de la manga el once más o menos esperado, pero tuvo la ocurrencia de dejar en el banquillo a Marco Asensio, el hombre más en forma de su plantilla. Como no podía ser de otra forma, el equipo lo acusó. Luego, lo sacó pasado el cuarto de hora, pero lo situó lejos del área lo que desdibujó la creación del balear.
El Madrid jugó bastante mejor que cuando le empató el Levante, pero su juego fue más a rachas que otra cosa. El Betis se defendió con orden, con un Adán muy inspirado que jugó su mejor partido aquí desde que salió de la casa. El Madrid tuvo ocasiones para adelantarse en el marcador en el primer tiempo, desde un taconazo de Cristiano, hasta un tirazo de Isco casi a bocajarro, pero no vio puerta. También el Betis tuvo las suyas y casi más claras, sobre todo un remate de Sanabria que Carvajal sacó sobre la raya con Keylor ya batido y otro de Fabián Ruiz al que correspondió el costarricense con la parada de la noche.
El problema del Madrid fue el de casi siempre. Le faltaron ideas para atacar una defensa cerrada. Cuando hizo más daño fue cuando pudo salir a la contra en las escasas que le permitió el Betis, muy rápido para replegarse, atento a no perder balones en el centro del campo.
Al Madrid le faltó desborde por las bandas. Marcelo regresó, pero tuvo menos peso en el juego que otras veces y Carvajal no está atravesando un buen momento. Corrió bien por su lado, pero nunca centró bien y dejó muchos huecos atrás que Casemiro tuvo que tapar como pudo. Tampoco fue la noche de Bale, al que el equipo buscó bastante sin que el galés pudiera irse de nadie. Y las pocas veces que pareció poder hacerse con el balón, le faltó toque para controlarlo con acierto.
La irrupción de Cristiano no fue decisiva. El portugués lo intentó de todas las maneras pero fue de más a menos. En su debe hubo un par de fallos muy gordos, un centro pasado de Bale que remató al segundo anfiteatro a comienzos del segundo tiempo y otro error clamoroso en buena posición.
El mejor del centro del campo fue una vez más Modric, vertical y con mucho criterio para distribuir. Kroos estuvo más para el quite que la construcción e Isco alternó fallos con detalles más para la galería que otra cosa. La segunda parte fue una tortura para los dos equipos, El Betis se defendió como gato panza arriba. Parecía imposible que resistiera sin encajar un gol, pero lo hizo. Y al final le tocó la lotería. No mereció la victoria, pero le supo a gloria.