Los obispos piden diálogo, prudencia y respeto a la legalidad
La Conferencia Episcopal reclama que no se tomen medidas irreversibles
La cúpula de la Iglesia se manifestó ayer respecto a la cuestión catalana a través de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Lo hizo en un comunicado medido al milímetro leído por su presidente, Ricardo Blázquez, que no se suele prodigar en actos con los medios de comunicación. El escrito hace un llamamiento inequívoco a favor del diálogo y pide a “las autoridades de las administraciones públicas, los partidos políticos y otras organizaciones así como a los ciudadanos” que “eviten decisiones irreversibles y de graves consecuencias”.
El comunicado implora que nadie quede fuera “de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica” y “origine fracturas familiares, sociales y religiosas”. Los obispos llaman a salvaguardar “los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos del Estado”,
El texto del comunicado fue aprobado por unanimidad. Ricardo Blázquez lo leyó sin admitir luego ninguna pregunta. La CEE también ha cancelado la rueda de prensa que tenía prevista para hoy, con la que suele poner punto final a la comisión permanente.
Este órgano, que se reúne tres veces al año, está integrado por 24 miembros, tres de ellos catalanes: Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona; Joan Enric Vives, arzobispo de Urgell, y Enrique Benavent, obispo de Tortosa. Catalunya cuenta con diez diócesis y unos 2.190 sacerdotes y religiosos.
El comunicado, de seis puntos, señala que “la situación en Catalunya es grave y los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en los territorios de Catalunya, auténticos representantes de sus diócesis”.
Los obispos catalanes difundieron en mayo un comunicado en el que señalaban que “conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán para que sea estimada y valorada su singularidad nacional”. La comunidad religiosa catalana ha hecho público en las últimas semanas numerosos manifiestos a favor de que se pueda celebrar un referéndum.
El cardenal Omella es una de las voces más moderadas respecto al referéndum y, según sus críticos, tiene escasa sintonía con el Govern. El punto quinto del comunicado de ayer de la CEE es el que hace una defensa más clara de la Constitución: “Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para la convivencia pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y los principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución”. Este texto está extraído de la XXXIV asamblea plenaria, celebrada el 28 de febrero de 1981, cinco días después del golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero.
La comisión permanente hace “una invitación a la oración por quienes en este momento difícil tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común, y de la convivencia social, a fin de que todos seamos guiados por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos, y con responsabilidad avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz”.Estas últimas líneas están extraídas de un comunicado de los obispos catalanes con fecha del pasado 20 de septiembre. Ayer la comunidad eclesiástica
La Iglesia ofrece su “colaboración sincera al diálogo en favor de una pacífica convivencia entre todos”
catalana acogió con satisfacción el comunicado.
Por último, la comisión permanente quiere recordar también unas palabras del papa Francisco. Así, en su punto tercero señala que “en estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso a la doctrina social de la Iglesia”. Y prosigue: “El papa Francisco nos indica que es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro”.
El comunicado termina con un ofrecimiento de colaboración: “Reiteramos nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al diálogo en favor de una pacífica convivencia entre todos”.