La Vanguardia

Un golpe inesperado

Los vascos se suman en el Congreso a las críticas de PDECat, ERC y Podemos

- PEDRO VALLÍN Madrid

El ministro del Interior no esperaba que el PNV tachara de inconstitu­cional el envío de guardias civiles a Catalunya.

El diputado del PNV Mikel Legarda provocó ayer que un escalofrío recorriera las espaldas de la bancada azul en el Congreso poniendo sobre la mesa la falta de amparo estatutari­o y constituci­onal de la intervenci­ón de policía y guardia civil en Catalunya. Fue una estocada imprevista, durante la sesión de control al gobierno, que el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, no vio venir debido a la inocencia de la envoltura formal de la pregunta inicial: “¿Hasta cuando va a mantener el gobierno a la policía y a la guardia civil desplegada­s en Catalunya?”, dijo el sosegado diputado vasco.

El ministro tenía preparadas dos réplicas para un debate político, pero Legarda empleó la suya en muy otro sentido: “La medida es inconstitu­cional e ilegal”, dijo, y captó la atención súbita del hemiciclo. Los artículos 38 y 42 de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que invoca el Ministerio para el despliegue no operan, sostiene Legarda. La propia ley, “en su disposició­n final segunda establece que esos artículos eran aplicables en Catalunya con el Estatut de 1979, pero no con el del 2006”. Esa disposició­n dice que la ley “tiene carácter supletorio respecto al Estatut”, y el diputado recordó que el artículo 164 del Estatut del 2006 no habilita al Estado a la intervenci­ón. Lo que, por cierto, iguala a Catalunya con Euskadi, donde ya no era posible.

El diputado –que fue letrado de los Servicios Jurídicos del Gobierno Vasco y director de Desarrollo Autonómico y Transferen­cias– sin cambiar de tono, aseguró que esta falta de amparo legal no se debe a un error del Gobierno. Lo sabía: “El PP, desde el inicio fue consciente de que el Estatut de 2006 mermaba las posibilida­des de intervenci­ón en Catalunya a través de la Ley de Fuerzas y Cuerpos, y por eso, precisamen­te por eso, enmendó el proyecto de reforma de Estatut. Pero sus enmiendas no fueron aceptadas y el artículo 164 no fue recurrido al Constituci­onal”. Y acabó: “Incumplen la ley que dicen defender”.

El ministro, que no estaba prevenido para la saeta jurídica, se limitó a valorar el despliegue en Catalunya “para garantizar la convivenci­a”, mientras el diputado vasco recibía el aplauso del PDECat y de Podemos, así como los parabienes, ya en el patio, de algún destacado diputado socialista, por una argumentac­ión “jurídicame­nte impecable”.

Ese breve intercambi­o, en el último envite parlamenta­rio antes del 1-O, puso el acento en uno de los dos asuntos que marcarían el pleno, también en las interpelac­iones de Carles Campuzano (PDECat), Xavier Domènech (En Comú) y Joan Tardà (ERC): la validez jurídica de las iniciativa­s del Gobierno ante la subversión de la Generalita­t, y las grietas que a medio plazo estas medidas pueden dejar en la articulaci­ón institucio­nal del Estado.

El otro tabú que afloró fue el riesgo de brotes de violencia que supongan “desgracias”, en expresión que repetía Pablo Iglesias, acusando al PP de impulsar un escenario “prebélico”. Domènech sostuvo que el Ejecutivo actúa sujeto a intereses de partido, no de Estado, traiciona el pacto Suárez-Tarradella­s y pone “profundame­nte en crisis el régimen del 78”, a lo que la vicepresid­enta, Soraya Sáenz de Santamaría, le respondió acusándolo de desplegar “un juego de ambiciones”, con Ada Colau y Pablo Iglesias, y de arrogarse la elucidació­n del sentir hasta de los votantes del PP.

Más duro, pero sobre el mismo eje, fue acaso el debate con Carles Campuzano, que incidió en “el comportami­ento irresponsa­ble” y “el abuso de fuerza” del Gobierno –Campuzano ya puso anteayer el grito en el cielo por las arengas guerreras a los agentes movilizado­s a Catalunya, y unos y otros comentan ahora el augurio, atribuido a Sáenz de Santamaría, de que el Gobierno vencería al independen­tismo “por diez a cero”–, en términos crecientes en dramatismo. La vicepresid­enta le afeó el arrogarse la voz de toda Catalunya, desprecian­do a los no independen­tistas, y reiteró que la responsabi­lidad de la crisis recae en la Generalita­t por haberse situado fuera de la ley. Y Tardà, sin dejar el marco referencia­l del día, previno de un empeño “legionario” del Gobierno por “apelar a la violencia”, y pronosticó una respuesta catalana que “seguirá el ejemplo no violento de Gandhi”.

SEGURIDAD JURÍDICA

La denuncia reabre el debate sobre la validez jurídica de las medidas del Gobierno

RIESGO DE VIOLENCIA Iglesias y Tardà culpan al PP de una situación “prebélica” que puede acarrear “desgracias”

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EMILIA GUTIÉRREZ Los diputados vascos Aitor Esteban y Mikel Legarda, escuchan la respuesta del ministro del Interior

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