En tierra hostil
Los vítores a las dotaciones de agentes que se desplazan a Catalunya reflejan una latente desconfianza hacia parte de la sociedad catalana
SALVADOR ENGUIX
València
Las imágenes de los coches de la Guardia Civil destrozados en Rambla Catalunya han azuzado la antipatía
Creo que son las únicas fuerzas capaces de controlar la grave situación que se vive en Catalunya”. Adrian es uno de los jóvenes que hace dos días salió a apoyar en la calle a las unidades de la Guardia Civil que partieron desde Castellón hacia Catalunya. “No se trata –añade– de animar a nadie a ir a por los catalanes, porque sabemos que en Catalunya hay una gran fractura entre independentistas y no independentistas, y mucha gente sufriendo, pero sí que es cierto que la Guardia Civil genera confianza de cara a restaurar el orden y para evitar que pase ninguna desgracia. Yo soy el primero que no lo deseo”.
Estas manifestaciones ante los cuarteles, presuntamente espontáneas –no son pocas las sospechas de que se había divulgado los horarios de salida de las unidades de los cuarteles– en el que participaban también familiares y amigos de los agentes, han causado una profunda conmoción política. Mónica Oltra, vicepresidenta del Gobierno valenciano, reconocía que algunos de los cánticos que se daban mientras se despedía a la Guardia Civil “dan miedo”.
Pero hechos como el de Castellón se han repetido en muchos puntos de la geografía española, en ocasiones con expresiones como “a por ellos” (que no fue el caso de Castellón). Expresiones y actos que han provocado malestar en el Ministerio del Interior, que ha dado órdenes para que no se reproduzcan, especialmente dentro de los cuarteles de la Guardia Civil o en las jefaturas de la Policía Nacional. Ha habido casos en los que algún mando local vitoreaba también a sus propios agentes.
En muchas provincias, como Huelva, Cádiz, Córdoba, Murcia o en la misma Castellón, estas manifestaciones surgen de una sensación de que Catalunya es tierra hostil. Para Juan, que también estuvo en la salida de Castellón, razona que en su caso fue una muestra de apoyo “ante el difícil papel que tiene la Guardia Civil en Catalunya, porque todos sabemos que no es bienvenida y que trabajan en condiciones de fuerte rechazo social, incluso para sus propios familiares si viven allí”.
Dice que las imágenes de la pasada semana divulgadas por televisión en las que se veía a los Mossos escoltando a agentes de la Benemérita saliendo del departamento de Economía, con los coches destrozados, “confirmaban que los agentes acuden a Catalunya sabiendo que van a estar en un entorno hostil; por eso creo que era importante mostrar nuestro apoyo”. “No se trata de ir contra nadie, y nadie dijo nada contra los catalanes, se trataba de dar ánimos a un cuerpo que siempre se ha demostrado fiel a España y porque hay dudas de que los Mossos cumplan su papel”. Este diario ha contactado con estas personas a través de las redes sociales en las que expresaron su apoyo a los agentes.
Los gritos de “a por ellos” sí que se escucharon, sin embargo, en otras provincias. Una mujer de Cádiz relataba en una televisión de ámbito estatal que había acudido a despedir a la Guardia Civil porque “es lo que va a garantizar que haya unidad en España, y si yo pudiera me iba con ellos a poner orden en Catalunya”.
En Huelva otro hombre de mediana edad se manifestaba en los mismos términos, pero advirtiendo de que “si no va la Guardia Civil o la Policía Nacional a Catalunya, no va a haber nadie que pare esto”. En la mayoría de los casos, los manifestantes portaban banderas españolas.