“Esto es un problema público, no privado”
Alberto Ibáñez, Secretario Autonómico de Igualdad valenciano
El ambicioso pacto contra la violencia de género impulsado por la Generalitat valenciana a petición de las Cortes Valencianas “responde a una emergencia social”. Lo afirma Alberto Ibáñéz, secretario autonómico de Igualdad valenciano, que ha estado años trabajando un acuerdo que ha vinculado a todos los actores políticos, sociales, económicos y educativos de la sociedad valenciana. Un pacto global, con casi 300 medidas y 21 objetivos, que equipara a las víctimas del machismo con las del terrorismo, y que persigue por encima de todo “que afrontemos la violencia machista como un problema público y social, no privado o doméstico”.
Alberto Ibáñez trabaja en la consellería que dirige la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra. Y comenta que desde un principio se busco un pacto ambicioso, “el más avanzado del Estado”. Está dotado con 12 millones de euros, más las aportaciones de todas las instituciones públicas y privadas que se han sumado. “Da un poco de vértigo, pero todas las partes tienen competencias, capacidad, recursos y han demostrado una clara voluntad de colaboración; han entendido que esto es un asunto de toda la sociedad valenciana”.
Una de las grandes aportaciones del pacto valenciano (que se puede consultar en la web sumatalpacte.com) es que aporta muchas medidas orientadas a lo que Alberto Ibáñez llama “cambio de mentalidad”. “Es lo más complejo, lo más difícil, porque no sólo las medidas van dirigidas a ayudar a las mujeres cuando han sido víctimas o sufren violencia machista, sino también pretende cambiar el paradigma”. Por ello, el pacto feminista “impugna el modelo patriarcal en el que vivimos y sufrimos”.
Se recogen medidas para formar a educadores, a funcionarios, a profesionales; pero no sólo eso. “Además de la educación formal buscamos cambiar los modelos en ámbitos como el ocio, el espectáculo, se trata de cambiar el marco simbólico; sabemos que es difícil pero es fundamental para luchar contra el machismo en nuestra sociedad”.
Alberto Ibáñez comenta que no ha sido difícil negociar con los organizadores de las fiestas populares. “Estas fiestas son un elemento de socialización muy importante, son un factor de integración y debíamos trabajarlo; debemos premiar y positivar a aquellos que lo hacen bien y allí donde hay tradiciones complejas trabajaremos desde la horizontalidad y el consenso”.
El pacto valenciano contempla medidas generales, pero también abunda en lo concreto, en abordar cada caso contemplando todas las dificultades. Así, hay medidas orientadas a atender a mujeres con diversidad funcional, dependencia, adicciones o problemas de salud mental.
“Es un pacto que apuesta por la interseccionalidad, no todas las mujeres sufren el mismo tipo de violencia ni en las mismas condiciones; sólo hay una certeza, las víctimas son mujeres y los agresores son hombres. Por eso hemos tenido la sensibilidad de abordar cada caso concreto, desde mujeres dependientes, con dificultades económicas, sin estructura familiar, emigrantes; todos los casos están contemplados. Esta es la razón de que en cada consellería tenemos unidades de Igualdad, así observamos si se hacen bien las cosas”.
Y plantea también la necesidad de la reeducación y reinserción de los maltratadores. Alberto Ibáñez concluye que “había dos opciones, la de aquellos que creemos en la reinserción en un Estado de Derecho y la de aquellos que lo consideraban un asunto de salud pública. Era importante incorporar esta medida, no es posible que no trabajemos con los agresores porque lo volverán a hacer”.
CAMBIO DE MENTALIDAD “Este pacto impugna el modelo patriarcal en el que aún vivimos y sufrimos”
REEDUCAR AL MALTRATADOR “No es posible no trabajar con los agresores, porque lo volverán a hacer”