La pareja de Susqueda apareció desnuda y con signos de violencia
La autopsia tendrá que determinar la causa de la muerte de los dos jóvenes del Maresme cuyos cadáveres fueron hallados el pasado martes en el pantano de Susqueda. La prueba forense será clave. Primero tiene que dictaminar de qué murieron y acotar la franja del día y hora de la muerte. Sus cuerpos estaban muy dañados después de haber estado 33 días sumergidos. Aun así, la policía científica pudo apreciar varios elementos que serán fundamentales para la investigación, sobre todo uno: los cadáveres presentaban evidentes signos de violencia. El joven Marc tenía heridas de arma blanca en varias partes del cuerpo. Eran visibles tras una primera exploración desde el mismo lugar de los hechos donde se practicó el levantamiento de los cadáveres. Ahora bien, la autopsia deberá confirmar qué tipo de instrumento punzante le provocó las heridas.
El cadáver del joven fue encontrado cerca de la orilla enganchado a una pared de rocas, enroscado a una mochila con piedras que al sacaron del agua se enredó con sus manos dando la apariencia de que había sido maniatado. Estaba medio desnudo. Minutos antes, la unidad subacuática que realizaba una inspección encontró flotando el cuerpo de Paula, completamente sin ropa que presentaba un fuerte golpe en la cabeza. Será trabajo de los forenses analizar esas heridas y determinar si fueron las que le causaron la muerte o, si bien, fueron provocadas a posteriori en caso de que los cuerpos hubieran sido arrojados desde la carretera.
El otro elemento que habrá que analizar es si la desnudez de los cuerpos responde a un móvil criminal o si la pareja fue sorprendida mientras dormía en el interior de su Opel Zafira, que debía servir de refugio para pasar la noche. El asesino o asesinos se deshicieron del vehículo hundiéndolo a siete metros de profundidad. Lo mismo ocurrió con el kayak que apareció a la deriva, semihundido en forma de uve con tres grandes piedras en el interior. Y en esta secuencia también trataron de desprenderse de los cadáveres. Sin embargo, los cuerpos emergieron a la superficie el martes, en una zona que está a una hora en coche de donde apareció el vehículo hundido.
Los Mossos buscan el rastro de los responsables de la muerte. Y para ello serán claves el rastro de los teléfonos y las cámaras de seguridad que se instalaron en su día en algunos enclaves del pantano para disuadir los suicidios. La señal de los móviles de la pareja dejó de funcionar cuando emprendieron el camino hacia el pantano. En el embalse existen algunas zonas oscuras en las que no hay cobertura. En el resto los Mossos están geolocalizando para hacer un mapa de las personas que había en la zona a partir del rastreo de sus teléfonos. El número de móviles obtenido no es exagerado. El asesino puede que sea uno de ellos.
El cuerpo del chico presenta varias puñaladas y el de la joven un golpe en la cabeza