Google rediseña los resultados de sus búsquedas para cumplir con la UE
Los cambios afectan desde hoy a la presentación de los comparadores de precios
Es probable que pocos usuarios de Google se hayan percatado todavía, pero desde la pasada medianoche algo ha cambiado en la presentación de resultados de su motor de búsquedas. El rediseño, realizado para evitar nuevas multas por abuso de posición dominante en Europa, son más profundas de lo que parece a primera vista.
Desde hoy, cuando escribamos el nombre de algún artículo y el buscador lo interprete como una potencial intención de compra, en la primera línea de resultados aparecerán cajas con las fotos del producto y las ofertas (en puridad, anuncios pagados) de los diferentes comparadores de precios, sin espacios destacados reservados para el servicio propio de la compañía como ocurría hasta ayer.
“Daremos a los servicios de comparación de precios la misma oportunidad que a Google Shopping para mostrar anuncios en las páginas de comerciantes en los resultados de Google Search”, explicó ayer su portavoz en Bruselas, Al Verney. El servicio de Google “participará en las mismas subastas de precios que los comparadores rivales” para poder obtener un lugar privilegiado al mostrar los resultados. Google Shopping funcionará desde hoy como un departamento aparte dentro de Alphabet, la empresa matriz de Google, para asegurar que sus ofertas reflejan los costes reales y no están subvencionados.
Tras siete años de investigaciones y desencuentros, la Comisión Europea concluyó en junio que la compañía estadounidense había violado la legislación antimonopolio de la Unión y le impuso una multa de 2.420 millones de euros por favorecer de forma sistemática a sus propios servicios frente a los de empresas rivales en el sector de los comparadores de precios en internet. Puede no ser la única sanción que Google pague en la UE. Bruselas le ha abierto más investigaciones por actuar del mismo modo en otros sectores, como los sistemas operativos.
Aunque ha recurrido la condena y la multa en los tribunales, Google notificó a finales de agosto a la Comisión Europea su intención de cumplir con la orden recibida en junio de poner fin a su conducta ilegal en 90 días. El plazo cumplía la pasada medianoche. Para la empresa californiana, que siempre ha negado que dé trato de favor a sus propios servicios, era una cuestión de principios, no técnica. Sus ingenieros han tardado apenas un mes en desarrollar el nuevo sistema, que estará sometido durante cinco años al escrutinio de las autoridades europeas de la Competencia.
Bruselas no les ha impuesto una solución concreta al problema detectado, sólo exige que trate de igual manera a todos los operadores. “Corresponde a Google demostrar que lo van a hacer. Nosotros lo vigilaremos activamente”, declaró ayer la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. La compañía se enfrenta a multas de hasta el 5% de su volumen de negocios mundial si no cumple la orden de europea. La Comisión ha contratado los servicios de la consultora KPMG para vigilar la eficacia de la solución y pedirá también la opinión de sus competidores. Google debe presentar informes cada cuatro meses sobre cómo está funcionando la medida. La experiencia de Microsoft hace una década invita a tomarse en serio los remedios. En el 2008, la Comisión Europea dic- tó una multa adicional de 899 millones de euros contra el fabricante de Windows por no cumplir adecuadamente con la orden de poner fin a su conducta monopolística.
Una docena de comparadores de precios (de entre más de 200 empresas rivales) han empezado a participar en el nuevo sistema y están subiendo sus inventarios al buscador para poder obtener un lugar destacado en la presentación de resultados. La solución de convocar una única subasta de anuncios en la que Google Shopping participe como una empresa más no convence a sus competidores. Kelkoo opina que es peor que la solución amistosa propuesta hace unos años por Google al antecesor de Vestager, Joaquín Almunia, que fue rechazada finalmente por la Comisión Europea. El comparador de precios británico Foundem
Bruselas multó en junio a la compañía con 2.420 millones y le ordenó poner fin a su conducta monopolística
afirma que el sistema supone “una barrera anticompetitiva más” porque obliga a las empresas a pagar por el espacio en lugar de recibir directamente tráfico gratis en la lista de resultados relevantes. “Vigilaremos de cerca si este remedio pone fin a los abusos de forma que los consumidores consigan los mejores resultados y los competidores de Google tengan oportunidades de innovar”, declaró por su parte Thomas Vinje, consejero legal de FairSearch, un lobby formado por empresas rivales como Oracle, TripAdvisor o Expedia.
Los cambios afectan a la forma de presentar los resultados de las búsquedas en el Espacio Económico Europeo, no en todo el mundo. La empresa asegura que no ha realizado estudios sobre el impacto financiero de los cambios para sus resultados. El servicio, disponible desde el 2009, ha crecido muy rápidamente en los últimos años y, según la agencia Bloomberg, actualmente representa un 20% de los ingresos publicitarios de Google.