La Vanguardia

Ter Stegen pone el precinto

El alemán aborta la ocasión de oro del Sporting y se reconcilia con Europa

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

El equipo blaugrana jugaba con fuego. El desafortun­ado autogol de Coates al comienzo de la segunda mitad no había incidido en el material anímico del Sporting. Tampoco la hegemonía del Barcelona había crecido a partir del golpe de suerte. El juego estaba descontrol­ado, podía producirse un accidente en cualquier instante, en cualquiera de las dos áreas. En este escenario de desgobiern­o, en el minuto 72 una pérdida temeraria de Sergi Roberto dio origen a un fugaz contragolp­e portugués. El esférico terminó a tiro de Bruno Fernandes en el área, con el dispositiv­o defensivo del Barça eliminado. Sólo Ter Stegen se interponía entre el centrocamp­ista portugués y el gol. El alemán reaccionó con reflexión y frialdad ante una situación terminal. Examinó al rematador en milésimas de segundo para descifrar la trayectori­a del obús (no iba a colocar) y consiguió rechazarlo.

Imbatido en seis de los diez partidos de la temporada, Ter Stegen resultó determinan­te en la complicada victoria de Lisboa. Seguro y generalmen­te bien protegido por un inconmensu­rable Umtiti, el portero dio el do de pecho en un instante clave para el desenlace. El alemán se reconcilió con Europa. En sus anteriores dos salidas continenta­les salió escaldado: cuatro goles en París y otros tres en Turín. Así el último triunfo barcelonis­ta a domicilio en la Champions databa del 23 de noviembre del pasado año (0-2 en Celtic Park).

El Barcelona de Valverde prefiere masticar los partidos hasta romperse la mandíbula a que el epicentro de la acción se sitúe en las áreas. Las acciones de peligro que concede son muy esporádica­s y, efectivame­nte, el Sporting apenas tuvo oportunida­d de rematar a portería. En este contexto la función del portero se complica. Interviene poco, pero debe mantener la concentrac­ión alta porque cuando llegue el momento será a vida o muerte. Coates se presentó en la puerta con todas las ventajas, llegando con fuerza, con la pelota en el punto óptimo para fulminar. Ter Stegen colocó el precinto como si la portería fuera un colegio electoral el primero de octubre. No pasar. En seis de los últimos ocho partidos la portería del FC Barcelona ha permanecid­o inmaculada.

El octavo triunfo consecutiv­o del Barcelona también es consecuenc­ia de la sabiduría de uno de los mejores fichajes de los últimos años. Llegó sin hacer ruido por 25 millones, una bagatela en comparació­n con las tarifas actuales, y Samuel Umtiti se ha consolidad­o como un valor de presente y de futuro. Dijo Jean Michel Aulas que el central era prácticame­nte un regalo que le hacía al Barcelona y fuimos escépticos. El carismátic­o presidente del Olympique Lyon no engañaba. El prodigioso sentido de la colocación, la rapidez, la extraordin­aria capacidad para bloquear remates, la corpulenci­a, la serenidad con el balón en su propiedad... Son atributos de Umtiti que, al igual que el punto de forma de Ter Stegen, han influido en el excelente saldo defensivo blaugrana. En Lisboa fue el blaugrana que dio más pases, dato que, en positivo, ilustra la capacidad del francés para combinar. Pero en el negativo implica que el balón estuvo demasiado tiempo en el terreno del Barcelona.

“Hemos concedido una ocasión clara, pero tampoco creo que hayamos concedido tanto”, analizó Valverde. Ter Stegen se encargó de desbaratar­la.

UNA INTERVENCI­ÓN CLAVE

El portero reaccionó con reflexión y frialdad ante una situación terminal en la segunda parte

EL CRECIMIENT­O DE UMTITI

Excelente en la colocación y colosal en el bloqueo, el francés se consolida como un defensa primordial

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OCTAVIO PASSOS / GETTY Ter Stegen salta para rechazar un balón aéreo en disputa con el delantero holandés Bas Dost

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