El PSG arrolla al Bayern con la magia y efectividad de su tridente
Con tres apariciones repletas de mágica electricidad de su tridente atacante, el PSG tuvo suficiente para llevarse por delante a todo un Bayern que quedó desnudo. Era el choque de gigantes en el Parque de los Príncipes para dirimir el primer puesto del grupo B, del cual salió el equipo parisino crecido, inflado, como candidato a todo. Gracias, básicamente, a la efectividad de los Neymar, Cavani y Mbappé, ese trío espectacular que estuvo presente en los tres goles.
Tras golear al Celtic (0-5) y empatar en la Ligue 1 con el Montpellier, llegaba inmerso en plena pelea de gallos entre Neymar y Cavani. Y el Bayern de Ancelotti, tras ganar 3-0 al Anderlecht, se presentaba en un momento irregular (3.º en la Bundesliga) y sin Neuer, aunque con Alaba y Thiago. Si era el día para disipar dudas y posicionarse, fue el PSG el que cogió músculo y confirmó su estatus de grande. Incluso sus dos estrellas parecieron firmar una aparente paz, aunque fuese con fríos abrazos en las felicitaciones de los goles y con alguna conexión, pese a que se buscan y se ven poco.
El PSG dejó resuelto el partido en media hora. Con el 1-0 al minuto y medio, obra de Alves tras una jugada espectacular de Neymar –una incursión de la izquierda hasta el centro sorteando a cinco rivales–, el PSG se echó atrás, a verlas venir, a que se desgastase el Bayern, para salir al contragolpe. En esa media hora hasta el 2-0 le pudieron caer 3 o 4 goles, pero los bávaros no estaban acertados. Javi Martínez, Lewandowski, Müller y Alaba tuvieron el gol cerca, pero o bien Areola o la falta de puntería evitó el empate. No perdonó el PSG con su veneno letal. Cavani remató el choque (31) en una contra de Mbappé, que ejercía de engrasador entre los dos cracks. Aunque quien más brilla en este PSG es Ney. Con sus regates desquiciantes forzó tres tarjetas y múltiples faltas, y remató su recital con el 3-0 tras una jugada eléctrica de Alves y Mbappé (63).