Caras que cuentan en el Parlamento alemán
LAS RECIENTES ELECCIONES EN ALEMANIA, EN LAS QUE LA CANCILLER DEMOCRISTIANA, ANGELA MERKEL, OBTUVO UNA FRÁGIL VICTORIA, HAN GENERADO EL BUNDESTAG (CÁMARA BAJA) CON MÁS DIPUTADOS DE SU HISTORIA: 709 EN TOTAL. ALGUNOS DE ELLOS ESTÁN ABOCADOS A UN ESPECIAL P
El Parlamento de Alemania surgido de las elecciones del pasado domingo será el más poblado de su historia moderna: 709 diputados. Que el número de escaños del Bundestag (Cámara Baja) pueda variar se debe a que el sistema electoral germano incluye dos votos –uno para elegir a un representante de cada distrito electoral, y otro para elegir una lista de partido–, y si hay disparidades entre ambos votos, se crean más escaños. El Bundestag, cuyo teórico número oficial de escaños es 598, ha tenido 631 en la legislatura que acaba. Ahora, bajo la airosa cúpula de cristal con la que Norman Foster coronó su remodelación del Reichstag, el histórico edificio del Parlamento alemán, bullirán aún más diputados.
La Unión Cristiana Demócrata (CDU), el partido de la canciller, Angela Merkel, junto a su forma-
ción hermana de Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU), suma 246 diputados, mientras que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de Martin Schulz –que ha decidido pasar a la oposición– tendrá 153 parlamentarios. Siguen en número: el partido populista derechista Alternativa para Alemania (AfD), con 94 escaños; los liberales del Partido Demócrata Libre (FDP), con 80; los izquierdistas poscomunistas de Die Linke, con 69; y los ecologistas de Alianza 90/ los Verdes, con 67 diputados.
Será un hemiciclo más fragmentado, con seis partidos (en puridad siete, pero CDU y CSU forman un único grupo parlamentario) en vez de los cuatro que había en la legislatura 2013-2017, en la que la AfD no tenía representación, y el FDP la había perdido después de haberla tenido siempre desde 1949. Según las normas, el nuevo Bundestag debe inaugurarse a más tardar el 24 de octubre, y Merkel está abocada a negociar la formación de gobierno con dos socios minoritarios, el FDP y los verdes, una tarea laboriosa que puede prolongarse semanas, e incluso meses.
Pero volviendo al Bundestag, aquí seleccionamos un puñado de diputados que, o bien ingresan por primera vez y están llamados a dar que hablar; o bien ya tenían escaño o lo tuvieron en pasadas legislaturas, y todo indica que ganarán protagonismo en esta. Así, por ejemplo, el democristiano Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas desde el 2009, y diputado más antiguo de la Cámara –con escaño desde 1972–, se convertirá en presidente del Bundestag. Motivo: el FDP quiere el Ministerio de Finanzas. Su líder desde el 2013, Christian Lindner, tiene claro que para los intereses del partido es más conveniente controlar esa cartera –que en principio no ocuparía él, sino quizá Werner Hoyer– que la de Asuntos Exteriores.
El Ministerio de Exteriores podría ir a parar a Alianza 90/los Verdes, pues los ecologistas han dejado claro a Merkel que no se conformarán con el Ministerio de Medio Ambiente. Los Verdes presentaron a las elecciones a dos cabezas de lista, mujer y hombre, como tienen por costumbre: Katrin Göring-Eckardt y Cem Özdemir. Ambos habían sido ya diputados, pero si su partido acaba participando en el Gobierno federal, Özdemir, que es de origen turco, podría convertirse en ministro de Exteriores.
El primer partido de la oposición será el SPD, y su grupo parlamentario será liderado por Andrea Nahles, que ya tenía escaño, y en quien Schulz deposita altas esperanzas tras la debacle electoral. La AfD, tercera fuerza del Parlamento, estará presente en el Bundestag por primera vez, liderada por Alexander Gauland y Alice Weidel. Pero el grupo está condenado al aislamiento, pues ningún otro partido quiere tratos con la ultraderecha.