Precisiones
Los errores resultan inevitables en los periódicos, ya lo hemos señalado en otras ocasiones. Y es habitual que se publiquen fes de errores para dar cuenta de ellos. También ocurre en ocasiones que la explicación del error deviene en sí misma una información interesante, porque contiene nuevos matices que resulta agradecido conocer.
Hemos tenido hace pocos días un ejemplo con una frase que se deslizó en la crónica publicada en Tendencias en la que se daba cuenta de la apertura del curso 2017-2018 en la Universitat de Barcelona: “Respecto a la renovación y mantenimiento de edificios, el rector de la universidad más antigua de Catalunya lamentó que con la crisis se haya dejado de invertir en edificios y equipamientos de investigación”.
El doctor Xavier Iglesias i Guiu, suscriptor de este diario, envió una carta al Defensor en la que precisaba que “la universidad más antigua de Catalunya es la de Lleida (Estudi General), que fue fundada el año 1300 por Jaume II de Catalunya y Aragón, mientras que la de Barcelona lo fue en el año 1450 por Alfonso V el Magnánimo”.
Las fechas a las que se refiere el doctor Iglesias, catedrático jubilado de Ginecología y Obstetricia de la propia Universitat de Barcelona, son incuestionables, pero también es verdad que el hecho de que el Estudi General de Lleida fuera clausurado en 1717 y no volviera a reaparecer como Universitat de Lleida hasta 1991 introduce un largo paréntesis que resulta oportuno citar. Se lo consulté al profesor Josep Maria Fullola i Pericot, coordinador, con Francisco Gracia Alonso y Jordi Casassas i Ymbert, de la Historia de la Universitat de Barcelona.
A juicio del profesor Fullola, doctorado en Prehistoria, “la larga discontinuidad en Lleida hace que su actividad académica haya sido de 443 años, mientras que la UB tiene 567 años”. “Lleida intentó ligar una continuidad rota durante 274 años poniendo ‘Estudi General de Lleida’ a continuación de su nombre oficial, pero es difícil decir que es la más antigua. Yo lo resolvería diciendo que la universidad que tiene más años de actividad académica es la UB”. “No nos hemos peleado nunca por este hecho, pero es la típica discusión de las cartas de los lectores”, añadió con humor el catedrático y arqueólogo, quizás augurando el recorrido que podría tener este tema.
Lo cierto es que el cierre del Estudi General de Lleida se produjo como consecuencia del triunfo borbónico en la guerra de Sucesión, que significó también la clausura de las otras seis instituciones universitarias que existían entonces en Catalunya: Girona, Barcelona, Tarragona, Tortosa, Vic y Solsona.
La Universidad de Cervera, que había comenzado a impartir clases en 1715 en aulas instaladas en las casas más espaciosas de la capital de la Segarra, fue fundada oficialmente por Felipe V en 1717 y se convirtió, ya con su gran edificio barroco y neoclásico, en la única del Principat hasta 1833, antes de cerrar definitivamente en 1840. A lo largo de todos esos años, Barcelona nunca cejó en sus intentos por conseguir que los estudios superiores volvieran a esta ciudad, hasta que, finalmente, la recuperación definitiva de la universidad se produjo en 1837.
Seguramente no se equivoca el profesor Fullola al predecir discusiones respecto a la continuidad académica, porque la UB recibió en 1842 la incorporación de lo que había sido la Universidad de Cervera, que a su vez tenía adscrita la Universitat Literària de Mallorca. En el libro citado se recoge que la UB nunca interrumpió sus actividades. Como decía al comienzo del artículo, hay errores que abren puertas al conocimiento.
Un error en una información sobre la Universitat de Barcelona conduce a una interesante lección de historia sobre las universidades catalanas