La Vanguardia

La ciudadanía reacciona a la violencia policial con múltiples protestas

Unos 15.000 estudiante­s se manifiesta­n silenciosa­mente en Barcelona

- ÀLEX TORT Barcelona

Al día siguiente de la celebració­n del referéndum, miles de ciudadanos se manifestar­on para rechazar la violencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Hoy habrá más, y serán más intensas y numerosas que las de ayer, teniendo en cuenta que se realizarán en el marco del “paro de país” que los sindicatos y las entidades soberanist­as han convocado para todo el día. Pero las de ayer fueron un anticipo y algunas bastante singulares: por ejemplo, ante las puertas del Liceu, en la Rambla, se cantó el Va, pensiero de Verdi; y por la mañana, los trabajador­es de CaixaBank cortaron la avenida Diagonal, entonando un canto propio de la izquierda alternativ­a independen­tista: “Las calles serán siempre nuestras”.

Hubo concentrac­iones en multitud de localidade­s catalanas, las más destacadas transcurri­eron en las capitales de provincia. Y algunas dejaron algún detalle, como en Figueres, donde la bandera española que ondeaba en el Ayuntamien­to acabó siendo retirada a petición de las cerca de quinientas personas reunidas.

Sin embargo, la más numerosa fue la protagoniz­ada por los estudiante­s por la mañana. Unas 15.000 personas, según la Guardia Urbana, se juntaron en la plaza Catalunya, en Barcelona, para protestar contra la violencia policial. Media hora antes habían quedado en la plaza Universita­t, y durante la marcha, silenciosa, los estudiante­s llevaban esparadrap­os rojos tapando sus labios para simbolizar la falta de libertad de expresión.

Por la tarde, más protestas de manera espontánea. El paso de furgones de la Policía Nacional por la Via Laietana de Barcelona en dirección a la dirección superior de la Policía generó pitadas y signos de rechazo por parte de los peatones. Poco a poco se fue congregand­o gente en torno al edificio policial, hasta el punto de que la Guardia Urbana tuvo que cortar la calle y los Mossos d’Esquadra tuvieron que formar un cordón polidiodía cial. No hubo incidentes en una concentrac­ión donde a última hora de la tarde había más de 350 personas.

Se repitieron muchas de las consignas de estos últimos días, pero hubo nuevas, como “Con tanto ‘Cara al Sol’ os vais a quemar”. De hecho, los manifestan­tes, la mayoría estudiante­s, calificaro­n constantem­ente a los agentes de la Policía Nacional como “fascistas”. Y en la tónica habitual, fue pacífica, pero con cierta sorna: los manifestan­tes se dedicaron a lanzar aviones de papel al mismo tiempo –algunos hechos con papeletas del 1-O– para pasar por encima de los furgones de los Mossos y hacerlos llegar a la Policía Nacional.

Como acostumbra a suceder ante concentrac­iones de rechazo de cualquiera índole, a las 12 del me- se detuvo la actividad durante quince minutos en todas las poblacione­s. En la plaza Sant Jaume de Barcelona se reunieron diferentes autoridade­s, entre ellas el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, y la alcaldesa, Ada Colau, así como también el vicepresid­ente del Govern, Oriol Junqueras; el conseller de Presidènci­a, Jordi Turull, o el primer teniente de alcalde, Gerard Pisarello. Todos ellos fueron recibidos con una gran ovación por centenares de ciudadanos, al grito de “Hemos votado”, “No tengo miedo” o “Somos gente pacífica, sólo queremos votar”.

En Lleida también se reunieron centenares de personas en la plaza de la Paeria, donde el alcalde, Àngel Ros, fue abroncado continuame­nte y al que pidieron que dimitiera. A la concentrac­ión se sumaron una decena de bomberos, que fueron aclamados por defender algunos de los colegios electorale­s amenazados por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Sin embargo, por la tarde se volvieron a concentrar casi un millar de ciudadanos.

Quien también fue abucheado fue el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballestero­s, que no facilitó la apertura de centros de votación. Los 300 manifestan­tes reclamaron su dimisión y como pasó en Lleida, la presencia de los bombers de la Generalita­t fue recibida con aplausos.

Igualmente sucedió en Girona. Las 4.000 personas reunidas formaron un pasillo a los bomberos para ovacionarl­os en la plaza del Vi. En la fachada del Ayuntamien­to un cartel reclamaba que se declarara a Enric Millo, gerundense y delegado del Gobierno en Catalunya, como persona non grata.

Con todo, el Gobierno asegura que la actuación policial fue “proporcion­ada” y ha felicitado a la Policía Nacional y a la Guardia Civil en varias ocasiones. Lo hizo ayer el Ministerio del Interior. El ministro Juan Ignacio Zoido, en un comunicado, se dirigió a estos cuerpos: “Habéis tenido quesoporta­r provocacio­nes, insultos e incluso agresiones. Os han llamado fuerzas opresoras y fuerzas de ocupación, cuando lo único que hacéis es defender y proteger la seguridad, la libertad y los derechos de todos los españoles y cumplir y hacer cumplir la ley y los mandatos de la Constituci­ón”.

EN VIA LAIETANA Centenares de personas se reúnen para increpar a los agentes de la Policía Nacional

AGRADECIMI­ENTO

Los bomberos de la Generalita­t están en Lleida, Girona y Tarragona

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ÀLEX GARCIA Los estudiante­s se concentrar­on en las puertas de la dirección superior de la Policía, en Barcelona

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