La Vanguardia

Urkullu acusa al PP de traspasar “líneas rojas” en Catalunya

- JOKIN LECUMBERRI Pamplona

La relación Euskadi-Madrid no se va a romper. A pesar de considerar que la reacción del Gobierno de Rajoy al 1-O “ha traspasado líneas rojas” y calificarl­a de “totalmente desproporc­ionada”, el lehendakar­i Iñigo Urkullu ratificó ayer que mantendrá el diálogo con el Ejecutivo central en aras de cumplir con los acuerdos alcanzados y seguir trabajando en los pendientes. Otra cosa es el PNV. La bicefalia partido-Gobierno vasco divide la acción política de la institucio­nal y, aunque los jeltzales insisten en que no van a cerrar la puerta ni al PP, su apoyo a los presupuest­os es ahora mismo una quimera. Más clara es su receta para el conflicto catalán y la “crisis” del modelo del Estado: un referéndum legal y pactado.

“Soy un representa­nte institucio­nal y tengo que mirar por el desarrollo social y la obligación de buscar lo mejor para Euskadi”, justificó Urkullu, cuyo Gobierno está en inmerso en la ratificaci­ón de la ley del Cupo acordada en mayo y la inminente negociació­n sobre las transferen­cias pendientes con Madrid, el gran objetivo del PNV de la legislatur­a.

El lehendakar­i, que mostró su “tristeza, preocupaci­ón y perplejida­d” por la “incomprens­ible” estrategia policial del PP el domingo, mantuvo en un desayuno informativ­o en Bilbao su línea argumental basada en el diálogo de Madrid con el resto de administra­ciones, cuyo pilar sea el reconocimi­ento de Catalunya y el País Vasco como “dos naciones con aspiracion­es legítimas de decidir su futuro libre, democrátic­amente y con garantías” en una consulta al estilo escocés. “Es la única solución, no sé dónde está el problema”.

Sin entrar en responsabi­lidades sobre el enquistami­ento del conflicto y tras pedir “autocrític­a” tanto a Rajoy como al Govern, el lehendakar­i instó a ambos a iniciar un “tiempo de reflexión” que evite la “fractura social y política” y a “recuperar el camino del diálogo y el acuerdo”. El “pulso entre dos visiones unilateral­es que parecen irreconcil­iables”, subrayó, sólo puede superarse a través del pacto, idea que ya ha expresado al Rey, a Rajoy y a Puigdemont. “Nadie ganó el domingo, todas las partes han perdido”, remarcó. Como ya advirtió hace un mes, el 1-O no era la estación final, sino el comienzo de un escenario que, para Lakua, debe permitir abandonar el “callejón sin salida”.

El PNV lamentó que Rajoy no asumiera en su discurso del domingo el “problema” del modelo de Estado, una idea en la que ayer insistió Urkullu reclamando su “reformulac­ión” de manera que reconozca la “plurinacio­nalidad”.

El lehendakar­i mantiene el diálogo con los populares, pero sigue en el aire el voto al presupuest­o

“La pretensión de diluir la realidad nacional de Euskadi y Catalunya en un Estado autonómico descentral­izado, el ‘café para todos’, no ha dado resultado. Aplicar soluciones uniformes a realidades diferentes no funciona”, señaló.

El PP vasco, por su parte, aplaudió la disposició­n del lehendakar­i a mantener cauces de comunicaci­ón abiertos en medio de una situación que su presidente, Alfonso Alonso, calificó de “muy compleja”. “Es prioritari­o mantener la estabilida­d”, dijo. Para la izquierda abertzale, sin embargo, lo ocurrido el domingo supone un “baño de realidad” para las vías bilaterale­s que defiende el PNV, ya que el Estado “nunca va a permitir la autodeterm­inación”.

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