Mentiras

Hemos sufrido, hemos llorado, nos hemos indignado, hemos resistido y hemos votado. Y en el tránsito, el relato del día del referéndum se ha marcado a fuego en la memoria colectiva. De aquí que el sentimiento mayoritario en Catalunya haya sido ambivalente: por un lado, el orgullo por la civilidad, la tenacidad y la determinación de la ciudadanía catalana; por el otro, la rabia y el dolor por las casi 900 víctimas del despropósito policial que sufrimos. Ciertamente, la retina nos ha quedado fijada en unas horas de porras desenfrenadas, personas de todas las edades golpeadas, escuelas destrozadas y un pueblo sorprendido ante el ejercicio de la violencia gratuita. No. No olvidaremos lo que ha pasado, lo que nos han hecho y quién lo ha mandado.

Pero mientras se serenan las emociones, no sobra tiempo para responder a algunas mentiras que intentan falsear la realidad. La primera, pomposamente proferida por Rajoy: el Estado ha vencido al referéndum. Es decir, después de semanas de asegurar que no se votaría, de presiones y persecuciones, de detenciones y amenazas y de enviar a 14.000 policías (que nos han costado más de 31 millones de euros, y esperemos…) con la consigna de impedir votar, resulta que votan más de dos millones de personas y… no ha habido referéndum. Ciertamente Rajoy vive en una realidad paralela, porque no sólo se votó a pesar de los obstáculos ingentes, sino que se creó un movimiento ciudadano de resistencia nunca visto. Además, las bofetadas que ha recibido desde el exterior, y la promoción internacional del referéndum, profundizan aún más la sonora derrota del Estado. Ha quedado retratado mundialmente y, encima, no ha podido impedir que votáramos. En los países normales, Rajoy ya estaría en casa.

La segunda gran mentira es sobre los Mossos y su papel “desleal” con la judicatura. Es una mentira soez, dado que la orden de la juez decía claramente que no se podía poner en peligro la convivencia. ¿Y quién la puso en peligro? ¿Los mossos, que actuaron con la proporcionalidad que requería la situación, o unos policías que atacaron literalmente a ciudadanos que no cometían ningún delito, y violentaron la convivencia dejando heridos por las esquinas? Y más cosas: no presentaban las órdenes judiciales cuando entraban en las escuelas; destrozaron material escolar, que no podían según la orden; y cargaron contra la gente de manera indiscriminada, cosa que abiertamente es contraria al bien mayor de la seguridad ciudadana. Es decir, quien ejerció violencia, alteró la orden y violentó la convivencia fueron los nacionales y los guardias civiles. Y todo ello no estaba en la orden del TSJC. No es cierto que fueran a cumplir la ley. Fueron a asustar a la gente, y por el camino no les importó dejar centenares de heridos. Sófocles decía que una mentira nunca vive hasta hacerse vieja. Pues estas no le duran a Rajoy ni un cuarto de hora.

Quien ejerció violencia, alteró el orden y violentó la convivencia fue la policía española