El 1-O pone en jaque el pacto de gobierno en Tarragona
El concejal de la antigua Unió dejará al PSC y al PP en minoría si no hay una condena explícita de las cargas policiales
“Por encima de todo está la dignidad de las personas, no estoy dispuesto a avalar ni a justificar la violencia y no voy a menospreciar a los ciudadanos de Tarragona ni a la democracia”, asegura Josep Maria Prats, el concejal de Units per Avançar (la antigua Unió Democràtica de Catalunya). Prats romperá el pacto de gobierno si no hay, antes de tres días, una condena explícita por parte de sus socios, PSC y PP, al uso indiscriminado de la violencia durante la jornada del referéndum. Sin él, el gobierno municipal liderado por Josep Fèlix Ballesteros (PSC) se quedaría en minoría.
El pacto de gobierno pende de un hilo. “Es un pacto de ciudad y para trabajar y asegurar los Juegos Mediterráneos; he hecho un esfuerzo importante para sacarlo adelante, pero lo que sucedió el domingo es muy grave; la violencia que se vivió no se puede justificar de ninguna forma”, insiste Prats. El concejal, que gestiona el área de Cultura del Ayuntamiento, tiene previsto reunirse entre hoy y mañana con el alcalde y los representantes del Partido Popular. “Le plantearé a Ballesteros distintas alternativas. Como gobierno y con lo que ha pasado no nos podemos quedar indiferentes”, añade.
Ballesteros firmó el pacto de gobierno en febrero del 2016, principalmente para sacar adelante los Juegos Mediterráneos, que estaban siendo muy cuestionados por el resto de los grupos y acabaron aplazándose un año. Con los nueve concejales socialistas y los cuatro del PP –capitaneados entonces por Alejandro Fernández, el actual portavoz parlamentario de los populares– y Josep Maria Prats, el gobierno conseguía 14 concejales frente a los 13 de la oposición (cuatro de ERC; tres de Ciutadans; dos de PDECat; dos de la CUP, una de EUA y una concejal no adscrita que entonces militaba en Cs).
“Todos tenemos que posicionarnos, soy el que más claro tiene la situación porque soy el que menos se juega”, mantiene Prats. Sin mayoría, Ballesteros tendría que negociar con otros grupos los presupuestos del próximo año. “En la política hay muchas variables y todo cambia muy rápido, pero no bailaré con una pareja de baile con la que no me siento cómodo, cada uno tiene que asumir su responsabilidad”, insiste.
En los últimos días, los gritos de “Ballesteros, dimisión” han sido constantes. El alcalde, que no cedió locales municipales al considerar que el referéndum no era legal, condenó las cargas policiales vividas en Tarragona primero en un tuit, luego en un comunicado vía mail y más tarde con un video que difundió a través del Facebook, pero a diferencia de otros alcaldes no ha comparecido públicamente.