La estrategia de la disuasión
El domingo por la tarde, un editorial del diario francés Liberation apuntaba que no parecía que Rajoy tuviera nada que ganar con las imágenes de represión brutal y desproporcionada que llegaban de Catalunya, salvo que buscara hacer nacer una oposición menos pacífica entre los catalanes. El desarrollo de este apunte llevaría a plantear la hipótesis de la existencia de una voluntad estratégica del Gobierno español orientada a la creación de un escenario como el de Euskadi en los tiempos de ETA para actuar en el nuevo escenario de acuerdo con el modelo que se siguió en el que se quiere reproducir. La idea de una política que sigue un guion que busca que el adversario acabe comportándose de acuerdo con el papel que este guion le ha adjudicado con anterioridad no resulta descabellada estos días, en que el Gobierno español ha acabado interpretando estúpidamente el papel que hace meses le había escrito el relato del independentismo. Pero esta hipótesis parece algo rocambolesca, pese al empeño de las derechas españolas en pensar la cuestión catalana según los esquemas en que se basaron los procedimientos que, desde su perspectiva, llevaron a una solución satisfactoria del conflicto vasco, un empeño que está detrás de muchos de los errores que han cometido.
Esto no significa que las imágenes de represión desproporcionada no buscaran otra cosa que lo que se presentaba como su objetivo: impedir que se votara. Quienes dirigieron el operativo no podían tener dudas desde primeras horas de la mañana de que era un objetivo imposible. ¿Qué se pretendía entonces con estas imágenes tan contraproducentes para ellos desde muchos puntos de vista? Probablemente la respuesta no debe buscarse en el acto que se efectuaba, un referéndum sin garantías declarado ilegal, sino en la consecuencia de este acto prevista en la denominada ley del referéndum de autodeterminación: la declaración formal de la independencia por parte del Parlamento de Catalunya dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados oficiales por la Sindicatura Electoral, una declaración que, pese a la inexistencia de la Sindicatura, aún estaba en la agenda. ¿Se trataba de disuadir? Durante la guerra fría el concepto de disuasión abundaba en los libros de pensamiento político. Raymond Aron dedicó a la estrategia que se basa en él un capítulo de Paz y guerra entre naciones, que fue muy citado. El objetivo de la disuasión es conseguir que el disuadido deje de hacer un acto por el miedo de las consecuencias posibles, por la consideración que la situación que resultaría de la inacción es preferible al que se derivaría de la acción. El domingo se produjo un paso adelante muy lamentable en la estrategia de disuasión del Gobierno español. La situación creada por la escalada de despropósitos bilaterales que se alimentan mutuamente es cada vez más preocupante. André Glucksmann escribió que la disuasión es la manera de entenderse de quienes no se entienden. Resulta urgente que, a partir de ahora, miren de entenderse interlocutores que sepan hablar el lenguaje transaccional de la negociación.
Glucksmann escribió que la disuasión es la manera de entenderse de los que no se entienden