EE.UU. da siete días a 15 diplomáticos cubanos para que abandonen el país
Decidido a dinamitar todas las grandes decisiones de Barack Obama, el Gobierno de Donald Trump ha decidido ahondar la tensión con Cuba hasta hacer peligrar la reapertura de las relaciones diplomáticas entre dos viejos enemigos de la guerra fría. Siete son los días que ha concedido el Departamento de Estado a quince diplomáticos de la embajada cubana en Washington para que abandonen el país. Es la respuesta elegida por el secretario de Estado, Rex Tillerson, como aparente represalia ante los misteriosos ataques sónicos que habrían sufrido 22 diplomáticos estadounidenses en la embajada de La Habana.
Según su versión, los enviados experimentaron extraños síntomas físicos como problemas en el oído y pérdida de audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir. El Gobierno de Washington no ha culpado directamente al cubano de estos extraños ataques, y, de hecho, ambos ejecutivos se encuentran colaborando en la investigación. Pero Tillerson ha decidido que la embajada en El Malecón no es segura para los suyos, así que ya la semana pasada optó por ordenar el retorno de más de la mitad de su personal en la isla, los considerados no esenciales y sus familias. Washington mantendrá bajo mínimos las embajadas en ambas capitales hasta recibir garantías al respecto.
La expulsión de ayer –que recuerda a los adelgazamientos recientes del cuerpo diplomático entre Moscú y Washington– afectará a un tercio del personal de La Habana en EE.UU. y representa el síntoma más evidente de la pausa en que ha entrado el deshielo. La tensión es tanta que el Departamento de Estado hasta ha entregado “una lista” al embajador cubano en Washington con los nombres de los diplomáticos expulsados, informa Efe.
“La decisión se ha tomado debido al fracaso de Cuba a la hora de dar pasos adecuados para proteger a nuestros diplomáticos de acuerdo con sus obligaciones bajo la Convención de Viena. Esta orden asegurará la equidad en nuestras respectivas operaciones diplomáticas”, afirmó Tillerson. Un funcionario del Departamento de Estado aseguró que la medida “no significa un cambio de política o una determinación de responsabilidad por los ataques”, algo que podría ahondar la crisis.
Varios legisladores cubanoamericanos, incluyendo el senador Marco Rubio, habían protestado por la tardanza de la Casa Blanca en expulsar a diplomáticos ante el fracaso del castrismo de esclarecer el origen de los ataques sónicos.