La protesta más multitudinaria de la historia de Girona
Girona vivió ayer la manifestación más multitudinaria que se recuerda. Unas 60.000 personas, según la policía local, salieron a la calle para protestar por las cargas policiales, en apoyo al paro general y para defender la independencia. Riadas de gente inundaron la plaza Catalunya y la multitud se extendió a lo largo de las vías paralelas al río Onyar, la plaza Pompeu Fabra y la Rambla. Un centenar de tractores se sumaron a una convocatoria pacífica que transcurrió sin incidentes.
Durante el recorrido, que culminó en La Copa con la lectura de un manifiesto de condena de “la represión” del Estado y un recuerdo a los heridos por las cargas policiales del 1 de octubre, se corearon proclamas como “no tenim por” o “els carrers seran sempre nostres”. Los manifestantes guardaron silencio cuando pasaron frente a la subdelegación del Gobierno y aplaudieron a su paso por la escuela Bruguera, una de las sedes electorales donde se registraron cargas policiales el domingo. La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, calificó la marcha de “catarsis”. “Nos ha permitido retomar la serenidad y alegría propia del proceso”, dijo.
La multitudinaria manifestación de la tarde fue el punto final a una jornada reivindicativa que había empezado por la mañana con dos concentraciones en el Col·legi Verd y la Escola Bruguera, donde la actuación policial dejó varios heridos. Fue el prolegómeno de otra gran concentración frente a la delegación de la Generalitat y que reunió a más de 30.000 personas que pidieron la dimisión del delegado del Gobierno español en Catalunya, Enric Millo, y la marcha de los cuerpos de seguridad estatales de Catalunya. También el colegio de abogados de Girona secundó la protesta. El decano, Carles McCragh, desfiló junto a varios letrados vestidos con la toga por el centro de la ciudad y explicó que el colectivo al que representa “quiere libertades y que el pueblo sea respetado”. La huelga tuvo un seguimiento masivo en los comercios y negocios de la demarcación.
Una veintena de carreteras de la demarcación de Girona resultaron cortadas en algún momento de la jornada de ayer, lo que provocó retenciones en distintos tramos de vías de alta capacidad como la AP-7 a la altura de Cervià de Ter, Sarrià de Ter o Pont de Molins o la A-2 en Bàscara. También fueron cortadas carreteras como la C-66 a la altura de Corçà, la N-154 en Puigcerdà, la C-31 en Pals, la A-26 en Besalú o la C-65 en Llagostera.