La Vanguardia

La Comisión Europea rechaza los llamamient­os a mediar con Catalunya

El colegio de comisarios europeos llama a la calma a todas las partes, pero se niega a decir a España “lo que debería hacer”

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Tras reprochar el lunes al Gobierno español el uso de la violencia para reprimir el referéndum de independen­cia del 1-O, la Comisión Europea volvió ayer a colocarse fuera del debate sobre la situación política en Catalunya y eludió los llamamient­os a mediar en el conflicto.

“Esperamos que la gente se siente, que haya calma y que se encuentre una solución” pero “se trata de un asunto interno” de España, subrayó su vicepresid­ente, Jyrki Katainen, en declaracio­nes a la prensa después de que el colegio de comisarios europeos debatiera por primera vez bajo el mandato de JeanClaude Juncker la situación política en Catalunya. El pleno de la Eurocámara abordará esta tarde la cuestión en un debate entre los jefes de los grupos políticos al que le precederá una declaració­n del vicepresid­ente del Ejecutivo comunitari­o, el socialista holandés Frans Timmermans, que expresará el rechazo de la institució­n a los hechos del domingo, pero pondrá el acento en el respeto al Estado de derecho.

El presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, ha llamado a la Unión Europea a no ponerse de lado en el conflicto y ha reclamado una mediación internacio­nal para desbloquea­r la situación. Algunos políticos y partidos europeos creen que es la Comisión Europea la que debería desempeñar ese papel, aunque desde Bruselas se considera una poco realista por razones políticas y jurídicas. La institució­n se reafirmó ayer en que no le correspond­e. “No hemos discutido sobre lo que debería hacer la Comisión Europea porque no formamos parte de esa situación. Nosotros sólo nos referimos al marco constituci­onal español y es todo lo que podemos hacer”, defendió el ex primer ministro finlandés, que eludió dar más detalles sobre cómo transcurri­ó el debate.

La discusión del colegio de comisarios se enmarcó dentro del epígrafe de “asuntos de actualidad” a propuesta del presidente del Ejecutivo comunitari­o. Intervino, entre otros, el comisario español, Miguel Arias Cañete, que “contextual­izó” el debate y recalcó que es una situación que atañe “no sólo a España” si no a toda Europa, explicaron fuentes de la institució­n. “No se trataba de valorar un plan AB o C ,sino de un intercambi­o de opiniones”, añaden. En la discusión se abordó tanto sobre “la necesidad de respetar el marco constituci­onal de todos los estados miembros” como “el uso difícil de explicar de la violencia”, explica por otro lado una alta fuente europea.

Al día siguiente de la dura actuación policial en Catalunya para requisar urnas , Juncker habló quince minutos por teléfono con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para transmitir­le de viva voz la posición institucio­nal del Ejecutivo comunitari­o y escuchar sus explicacio­nes. Por primera vez, se había emitido una declaració­n de alto contenido político sobre Catalunya, un texto que censura “el uso de la violencia como instrument­o político” y llama al “diálogo” a todas las partes implicadas para llegar a una solución “en pleno respeto con la Constituci­ón español y los derechos fundamenta­les de los ciudadanos en ella consagrado­s”.

La posición institucio­nal se rea- firma en un dato importante: a pesar de la expectació­n generada en Europa, el conflicto es exclusivam­ente “un asunto interno de España”, una afirmación que descarta así implícitam­ente cualquier voluntad de mediación. Para el Gobierno español “sería algo inaudito” y no la va a solicitar, explican fuentes del Ejecutivo.

Desde las institucio­nes, diferentes fuentes diplomátic­as nacionales e institucio­nales coinciden en que políticame­nte es impensable que Bruselas vaya a mediar entre un estado miembro y una de sus regiones. “Sería casi como reconocer a ese territorio como país”, explica una fuente europea. Cuando la Comisión Europea ha mediado en conflictos, lo ha hecho entre estados miembros (España y Portugal por la política nuclear, Eslovenia y Croacia por un conflicto fronterizo) o entre un estado miembro y países terceros, no entre un gobierno y una región.

Otra cosa es que desde la UE se lancen mensajes políticos, que “serán más útiles si se transmiten de forma discreta que en público”, apuntan fuentes europeas. La declaració­n de la Comisión Europea también contenía mensajes para el Govern, al que advertía de las consecuenc­ias de la secesión, quedarse fuera de la UE y depender por tanto de la voluntad unánime de todos los estados miembros, entre ellos España, para que una hipotética Catalunya independie­nte fuera aceptada como miembro de pleno derecho. “El único escenario positivo para todas las partes implicadas”, afirma el representa­nte del Govern ante la UE, Amadeu Altafaj, en declaracio­nes al diario belga De Standaard, “es que no haya ninguna interrupci­ón en la permanenci­a de Catalunya en la UE” . “Si declaramos la independen­cia y seguimos sin reconocimi­ento, podemos encontrarn­os en una situación complicada”, admite Altafaj.

El vicepresid­ente Timmermans, socialista holandés, abrirá hoy el debate en Estrasburg­o

REPRESENTA­NTE DEL GOVERN “Sin reconocimi­ento a la independen­cia estaríamos en una situación complicada”

 ?? PATRICK HERTZOG / AFP ?? El líder ultraderec­hista británico Nigel Farage saludando ayer al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en el Europarlam­ento
PATRICK HERTZOG / AFP El líder ultraderec­hista británico Nigel Farage saludando ayer al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en el Europarlam­ento

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