Los familiares de los nichos hundidos exigen pruebas de ADN
El traslado de los restos recuperados a otros nichos del cementerio de Montjuïc se ha realizado sin avisar a sus allegados
Las familias afectadas por el hundimiento de un bloque de 140 nichos en el cementerio de Montjuïc el pasado 15 de septiembre han pasado del malestar a la indignación. No entienden cómo se pueden haber identificado los restos óseos mezclados tras el derrumbe sin necesidad de tomar muestras de ADN a sus allegados. Setenta y nueve fallecidos ya han sido identificados por el equipo de antropólogos que trabaja en el lugar según fuentes municipales pero los familiares no aprueban que se les diera sepultura en otro lugar provisional del camposanto sin ningún tipo de notificación previa.
“Parece que hayan querido hacerlo todo rápido y a escondidas”, lamenta Eva Mañoso, con su madre y otros familiares enterrados en uno de los nichos derrumbados. Recibieron una llamada el día del incidente informando de los hechos y nunca más supieron nada. Ante la falta de información, Eva llamó con gran inquietud doce días después y, para su sorpresa, le dijeron que dos de los familiares ya habían sido inhumados en otro lugar.
Una cronología similar relata Cristina García. Su padre, su tía y sus abuelos estaban enterrados en otro de los espacios afectados por el derrumbe. La propietaria del nicho recibió una llamada el día del incidente y una carta sin ninguna concreción una semana después. Se enteraron de que dos de sus familiares habían sido ya trasladados a otro bloque de nichos cuando se personaron en el cementerio para pedir explicaciones. “Exigimos que nos demuestren que lo han hecho bien porque lo vivido hasta ahora nos lleva a pensar lo contrario”, lamenta Cristina, “lo veríamos de otra manera si nos hubieran reunido para explicarnos lo sucedido, nos hubieran enseñado los destrozos desde una distancia prudencial y nos avisaran cada vez que entierran a uno de los nuestros”.
El enfado de los familiares se vivía de manera íntima hasta la semana pasada, cuando a través de internet se pusieron en contacto varios afectados. Se coordinaron y siete de las familias afectadas se reunieron el lunes con la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, que ya abrió investigación de oficio unos días antes sobre la mezcla de restos óseos de diferentes personas tras el derrumbe. Las siete familias afectadas buscan la manera de ponerse en contacto con otras personas que se encuentren en la misma solución para actuar de manera conjunta contra el Ayuntamiento.
La defensora de los ciudadanos se encuentra a la espera de información por parte de Eloi Badia, concejal de Presidencia y presidente de la empresa municipal Cementiris de Barcelona. Fuentes municipales insisten en defender que los informes técnicos realizados aseguran que el derrumbe no se podía prever de ninguna manera. Mientras tanto, el personal de cementerios y los antropólogos siguen trabajando para identificar los 61 restos de difuntos que quedan todavía entre los escombros. Entre ellos se encuentran 24 nichos de los cuales se desconoce su afectación.
Un grupo de afectados ha llevado el caso a la Síndica y busca más casos para reclamar al Ayuntamiento