La Vanguardia

¿Qué fue de salir a las 18 h?

Las medidas de equilibrio entre trabajo y vida privada siguen sin ningún avance

- CRISTINA SEN

El tiempo pasa para todo menos para las propuestas de conciliaci­ón entre el trabajo y la vida personal. Pase lo que pase, nunca dejan de ser eso, propuestas. Hace ya más de nueve meses que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, acudía al Congreso con un vistoso plan para intentar avanzar de nuevo en ello, con un objetivo, entre otros, seductor y noticiable: la apuesta por acabar “con carácter general” la jornada laboral a las 18 horas, mujeres y hombres.

La ministra trasladaba uno de los compromiso­s de legislatur­a suscrito entre el PP y Ciudadanos, y lo situaba como una de las prioridade­s de este mandato. El debate ha regresado varias veces al Congreso y lo volvía a hacer la semana pasada de la mano del PSOE. “¿Dónde quedó aquello de salir del trabajo a las seis de la tarde, ministra?”, preguntaba el grupo Socialista en la sesión de control al Gobierno.

A tenor de la respuesta, la propuesta ha quedado donde se quedan enredadas casi todas las cuestiones vinculadas con la conciliaci­ón –una palabra ya muy gastada–, y sobre todo cuando se trata de medidas que impliquen a todos, y no sólo a las mujeres. O sea, en frases tipo “estamos trabajando para un acuerdo de racionaliz­ación horaria” del que pocos detalles se conocen, por lo menos de momento, de cómo podrán llevarse a la práctica. Las propuestas que había realizado la ministra en diciembre hablaban también de regular lo que se conoce como “bolsas de horas” en las empresas –para introducir la flexibilid­ad–. Y apuntó también la idea de debatir el cambio de huso horario.

La posibilida­d de generaliza­r esta salida a las 18 horas, siempre con matices en función del sector en el que se trabaja, supondría un amplio acuerdo entre patronales y sindicatos, un tema que acaba siempre aparcado a la sombra de otras prioridade­s. Y como se ha debatido largamente en Catalunya durante los últimos cuatro años, significa también un cambio en la percepción cultural del tiempo. Pero es precisamen­te por estas dificultad­es por las que se dio la bienvenida a la intención del Gobierno de empujar la propuesta de las 18 horas como una especie de marco general sobre el que avanzar.

La semana pasada, Báñez también aludió en el Congreso al trabajo que se está realizando con los interlocut­ores sociales para trabar “una posición común” de España en la construcci­ón de la nueva iniciativa del pilar europeo de derechos sociales. La Comisión Europea ha presentado este año el nuevo “pilar” que en uno de sus puntos se refiere a la necesidad de garantizar el equilibrio entre la vida profesiona­l y privada de los europeos. Es en este contexto en el que la ministra quiere consensuar una propuesta que incluya la necesidad de que los horarios laborales españoles se asemejen a los europeos. Pero

EN EL CONGRESO Fátima Báñez dice que se dialoga, pero no concreta las propuestas

MEDIDAS PARA TODOS El PSOE insiste en que las iniciativa­s han de incumbir a todos, no sólo a las mujeres

de nuevo todo sigue siendo una cuestión de palabras y de inexistent­es medidas y concrecion­es.

Lo que sí que ha dado un pequeño paso adelante, en línea con lo anunciado por el Gobierno, ha sido en la ampliación de los permisos de paternidad –de uso exclusivo para los padres–. Se pasó de las dos semanas a las cuatro, que entraron en vigor el pasado 1 de enero de 2017. En los presupuest­os para el 2018 está previsto la ampliación en dos semanas más, pero de momento las cuentas del Estado están pendientes de aprobación.

Las preguntas que realizó la diputada del PSOE Rocío de Frutos volvían a incidir en este ya eterno tema no resuelto: las políticas para equilibrar trabajo y vida privada han de ser generales, para todos.

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