Àlex Rigola dimite de Madrid por el 1-O
El director catalán deja los Teatros del Canal por la violencia ordenada por el PP
The End. Así se titulaba la enloquecida obra –un “narco-mex-spaghetti-western teatral”– con la que Àlex Rigola (Barcelona, 1969) quiso despedirse del Teatre Lliure en el 2011 tras ocho años de brillante programación. Podría haber seguido dirigiendo el Lliure muchos más años, pero Rigola es de convicciones firmes: por ejemplo, le parece que nadie debe perpetuarse al frente de las instituciones públicas y que ocho años es el límite razonable. Ayer Rigola, nombrado hace poco más de un año director artístico de los Teatros del Canal, buque insignia teatral de la Comunidad de Madrid, quiso volver a ser coherente con sus convicciones. Y, tras dos noches sin dormir y profundamente entristecido, tuvo que volver a decir The end, esta vez antes de tiempo: presentó su dimisión de los Teatros del Canal por “la brutal violencia ejercida el pasado domingo contra los ciudadanos catalanes, ordenada por el mismo partido que gobierna la Comunidad de Madrid”.
“No soy ni independentista ni estaba a favor del referéndum. Pero igual que las detenciones del 20 de septiembre me hicieron ir a votar, la brutal violencia ejercida el domingo contra los ciudadanos catalanes hacen que haya presentado mi dimisión como director artístico de los Teatros del Canal al consejero de Cultura. Hemos pactado conjuntamente que, para no interferir en el buen funcionamiento del teatro, la dimisión se hará efectiva antes de que termine la temporada, dejando programada la próxima”.
Rigola se desnuda en el comunicado. “Me gusta esta ciudad. Madrid. Me gustan sus calles y su gente. Me he sentido siempre bien tratado y dos de mis mejores amigos viven en ella. Es sólo que, con tristeza, necesito hacer todo lo que pueda para mostrar mi total repulsa a los actos violentos que llegan del Gobierno del Estado. Un artista (siempre tengo dudas de si lo soy) creo que tiene que ser consecuente tanto en la vida como en los escenarios. No vale mantener un discurso en la escena y luego no aplicarlo en la calle. Uno puede equivocarse, pero lo que no puede hacer, como decía Bolaño, es apartar la mirada conscientemente. Así que este es mi pequeño acto a lo bonzo. He llorado y me queda mucho por llorar. Si a alguno le interesa mínimamente esta performance sólo le pido una cosa de lo que está sucediendo: duda, la información llega muy contaminada”.
Pese a la dimisión, Rigola quiso agradecer a la Comunidad el puesto y al consejero de Cultura “su mano tendida y su comprensión. Te quiero, Jaime de los Santos. Pocas veces uno se encuentra a un político tan interesado, con esa capacidad de trabajo y con tanta sensibilidad por la cultura como tú”. Justamente De los Santos señaló ayer a La Vanguardia: “Respeto absolutamente una decisión personal que no comparto, y agradezco a Àlex estos 14 meses de trabajo más que fructíferos, la temporada 17-18 es mucho más que brillante. Lamento que una figura de la talla de Àlex Rigola abandone una de las principales instituciones culturales de la Comunidad”. De los Santos hizo también un llamamiento a la calma y a recuperar la convivencia, “para lo que la cultura es una herramienta imprescindible”.
“Un artista (siempre tengo dudas de si lo soy) creo que tiene que ser consecuente tanto en la vida como en escena”