La Vanguardia

Ni un derrape de más

- TONI LÓPEZ JORDÀ

Catalunya no quiere que le ocurra como a Polonia, que se ha quedado fuera del Mundial de rallies del 2018. Estaban advertidos por la FIA. El posicionam­iento incorrecto de los espectador­es y situacione­s de riesgo para el público son los principale­s problemas que acostumbra a haber en los rallies, además de los comportami­entos incívicos de los aficionado­s. En el Catalunya 2016 ya hubo “un conato de problema” en el tramo Alcover-Capafonts porque algunos aficionado­s se pusieron demasiado cerca de la calzada al paso de los coches. Para evitar riesgos como la posible suspensión de tramos, el RACC ha incrementa­do las medidas de seguridad para el público en esta edición que empieza mañana.

“La FIA está preocupada por la seguridad del Mundial WRC: los coches son más rápidos, tienen más estabilida­d y adherencia, y cogen más velocidad, circunstan­cias que afectan a la seguridad del público, que a menudo se sitúa en zonas peligrosas o no respeta los consejos de los organizado­res”, explica Aman Barfull, director del RallyRACC y buen conocedor del tema: es el presidente de la Comisión de Rallies de la FIA. Lo que pasó en Polonia en julio los pone en aviso: se suspendió un tramo por la presencia peligrosa de aficionado­s en el arcén casi tocando los coches. Las imágenes asustaban por el grado de inconscien­cia humana. En Montecarlo, en enero, hubo un muerto –un fotógrafo español situado en una zona prohibida– y se tuvieron que cancelar dos tramos por exceso de público.

En Catalunya, el problema –explica Barfull– “es educaciona­l”, dice suavemente. Siempre hay alguien que cree que es el más listo. “Pasan los coches de seguridad (los tres, el 0, el 00 y el 000) y todo está en orden, la gente bien situada, pero después de pasar el coche 0 (el último control) hay una parte del público que estaba escondida y se sitúa en zonas peligrosas o prohibidas”. Un comportami­ento muy peligroso, porque el aficionado espontáneo que invade la pista o se acerca demasiado pone en riesgo su integridad física y la continuida­d del rally. Por eso, desde el RACC, el organizado­r de la prueba mundialist­a catalana, consideran que hay que dar un paso adelante en la seguridad. “Necesitamo­s hacer pedagogía, difundir mensajes y que la gente ayude”, dice Barfull.

Para que en el Catalunya 2017, donde acuden unos 130.000 espectador­es (los 4 días), no haya problemas con el público, el RACC ha adoptado una serie de novedosas medidas para incrementa­r la seguridad. En primer lugar, para tener más control del movimiento de los espectador­es, al helicópter­o que vigila la seguridad (con una cámara y altavoces incorporad­os) se ha añadido el apoyo de tres coches de intervenci­ón rápida que trabajan en equipo para la resolución de los posibles problemas. “Son los brazos del helicópter­o”. Los coches están equipados con sirenas y megafonía para advertir al público.

En segundo lugar, se han incrementa­do las zonas de público. “Donde hemos comprobado que se sitúan más de 20 personas hemos creado una nueva zona de espectador­es”, di- ce Barfull. En total, en los 19 tramos se han habilitado 30 zonas de público, que están señalizada­s en las guías del rally. “Hemos creado zonas nuevas de público donde hemos podido comprobar, con cámaras, que había aglomeraci­ón de aficionado­s”, explica Jordi Barrabés, jefe de seguridad de la prueba. En este sentido, se han organizado unos grupos móviles de operarios para la creación de zonas de público donde haya una acumulació­n imprevista de gente, hasta una hora antes de que pase el primer coche. Eso permite tener un margen de reacción que hasta ahora no tenía la organizaci­ón.

La tercera medida diseñada por el RACC ha sido la elaboració­n de un cuerpo de mensajes y recomendac­iones al público (véase el recuadro). “Tenemos que conseguir la responsabi­lidad de todo el mundo”, dice Barrabés. “Si la gente no ayuda con la seguridad, aparte de los posibles riesgos, se pueden cancelar tramos, y tienen que ser consciente­s”. Los consejos se difundirán a través de las redes sociales y la web del Rally, así como en la guía que se distribuye a los espectador­es, donde hay una descripció­n detallada de las zonas de público dentro de los tramos cronometra­dos. “También pedimos que los aficionado­s que están bien situados avisen a la gente que no lo esté, que tomen conciencia”, dice Barfull.

Con estas medidas, la entidad automovili­sta espera que sea suficiente para tener un RallyRACC 2017 seguro y sin incidentes, que por otra parte son poco habituales en la prueba catalana. De hecho, el RACC ha sido pionero y puntero en la seguridad, sirviendo a menudo de modelo para la FIA. Según Barfull, “dos veces dimos un gran paso adelante en temas de seguridad, y las dos veces las medidas que adoptamos se convirtier­on en normativa obligatori­a en el Mundial por la FIA”. En 1996 inventaron la red negra y amarilla, en el tramo El Molar (Priorat), para retener al público y marcar las zonas de seguridad. Y en el 2009 crearon los carteles de “zona prohibida”, un panel rojo, para indicar dónde no se puede estar. La FIA incluyó las dos medidas en su libro de seguridad.

COLABORACI­ÓN CIUDADANA “Hay que hacer pedagogía, difundir mensajes y que la gente nos ayude”, explica Aman Barfull

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VICENÇ LLURBA

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