Lloret de Mar, cambio de paradigma
Lloret de Mar está cambiando. Desde hace mucho tiempo. Y, en los últimos años, ha hecho serios intentos por superar determinados estereotipos que se le han adjudicado, fruto de la ignorancia o de intereses nada edificantes.
Es cierto que todavía no ha cambiado lo bastante como para convertirse casi siempre en noticia positiva en los medios de comunicación, hecho que ayudaría a acelerar la transformación de la ciudad. Pero el esfuerzo que ponen tanto el sector privado como las administraciones ya empieza a dar frutos.
Un recién llegado a la zona como yo –todavía no hace un año– ha redescubierto un Lloret de Mar que está trabajando duro para no perder su identidad, sus valores y su forma de ser. He descubierto como, desde la comunión de las diferentes instituciones y el empresariado, se avanza hacia un nuevo modelo que quiere ser pionero, a través de la regeneración de una destinación madura.
El turismo en Lloret crece, como lo demuestra el incremento del empleo, en más del 19%, en los hoteles de nuestro grupo, Guitart Hotels. Desde el 2013 la cifra de turistas en nuestras instalaciones ha crecido un 46,73%. Las procedencias son diversas, con un crecimiento muy claro del mercado británico, polaco y alemán.
Estas cifras demuestran que el turismo en Lloret es sólido, que sigue creciendo y que es un pilar fundamental de nuestra economía. Hay imágenes que nos han hecho mucho daño, pero Lloret es mucho más. Lo que nos hace falta ahora es erradicar el perfil de turista que no nos conviene.
Guitart Hotels es una muestra dentro del abanico de oferta hotelera que tiene Lloret, pero tiene pruebas evidentes de que el modelo turístico ya está cambiando. Cada vez nos visitan más familias; este año, un 7,37% más. Este crecimiento ha sido constante desde el 2013 hasta el 2017 (un 46,5%). Una cifra que coincide con el incremento de turistas que ha tenido el grupo. Si este segmento ve Lloret como un buen destino, es una prueba de que estamos haciendo bien el trabajo.
Queda mucho camino por recorrer, pero en Lloret se tienen claros el destino final y qué ruta seguir. Introduciendo decididamente los cambios que convienen, Lloret se transformará. No sólo tenemos que atraer familias, sino otros segmentos de públicos que son interesantes para la ciudad, como el turismo deportivo. También aquí los datos son buenos: un 35% más de deportistas que el año pasado. Se trata de un turismo fuera de temporada, pero contribuye poderosamente al cambio de imagen.
Tenemos que saber hacer posible una transformación que no sea traumática para nadie. Cambiar un modelo arraigado necesita tiempo, dedicación, implicación y mucha ilusión. Lloret de Mar tiene todas las potencialidades para que un destino maduro y monoposicionado se transforme en una opción amplia, diversa y que supere la estacionalidad. Gracias a las comunicaciones, la digitalización, la sostenibilidad, el acuerdo entre los sectores público y privado y el cambio generacional del empresariado estoy seguro de que no perderemos el tren. Y quizás es el último.
Lo que nos hace falta ahora es erradicar el perfil de turista que no nos conviene