La Vanguardia

Santiago Segura

- SALVADOR LLOPART Sitges

ACTOR Y DIRECTOR DE CINE

Santiago Segura fue ayer uno de los protagonis­tas del festival de Sitges, donde recibió el premio Màquina del Temps en reconocimi­ento a su carrera y habló de

Sin rodeos, su último proyecto, que define como una comedia feminista.

Después de hablar de independen­tismo con TV3 ya puedo contestar cualquier cosa”, dice Santiago Segura, y empezamos hablando de la primera vez. Su primera vez en Sitges. El festival que ayer rendía homenaje al creador de Torrente con la concesión de la Màquina del Temps, en reconocimi­ento a su carrera. Segura llega como actor. Protagoniz­a Sólo se vive una vez, producido, entre otros, por Amiguetes, su propia productora. Comedia de conversos y ladrones, de huidas locas y robos tontos, donde el actor madrileño se reserva un papel junto a Depardieu.

Cuenta la leyenda que, en el año 1993, el festival lo invitó (con habitación) por el corto Evilio...

Fue emocionant­e. O más bien excesivo, porque excesiva fue la gente que metí en la habitación.

El siguiente año colocó una camiseta de Evilio a Tarantino.

El tío Quentin. ¡Qué majo! Fue durante la presentaci­ón de Reservoir dogs. Le dije a Tarantino: “¿te has dado cuenta que los dos cortamos una oreja en nuestras películas?”

Usted, con su Evilio, ha sido una especie de dios de Sitges...

Y desde entonces mi carrera ha sido un continuo descenso. El gran momento aquí fue cuando Guillermo del Toro, por Cronos, su primera película, dedicó su premio “a ese chavo, mi hermano carnal, que se llama Santiago Segura”. Después de aquello todo ha sido una decepción.

Pero ha ido volviendo...

Sí, parece que para eliminar directores. Primero Goas, luego Xavier Catafal, después Gorina. Vivía para Sitges. Montaba las películas pensando en el público del festival. Hice Evilio vuelve y también hice un tráiler del corto. Gorina no me lo proyectó. Hummmm. Gorina, te quiero. Pero menos.

¿Cómo lleva el homenaje?

Como una consolació­n. Lo que yo quería de verdad era una María, ya sabe, esa estatua inspirada en la robot de Metrópolis, de Fritz Lang. Este premio no es lo mismo.

¿Hemos perdido aquel Santiago Segura de Sitges?

Hemos perdido cuarenta kilos de aquel Santiago Segura. Por lo demás, sigue igual. Y me asusto un poco, la verdad. Me siento el mismo anormal que entonces y me da miedo. Hasta me produce vértigo. Estoy aquí, viendo a Catafal, allí, sentado, y está igual. Bueno, ya sabemos que la carcasa es perecedera pero el espíritu permanece...

¿Qué ha cambiado en usted?

La forma de disfrutar el festival. Antes venía para ver cuatro o cinco pelis al día. A Del Toro, apenas lo he saludado por el pasillo. La gente es cariñosa, pero todos con la foto, la foto, la foto. No se me malinterpr­ete. Aquí, en Sitges, firmé el primer autógrafo y me hizo ilusión. Pero 25 años después, lo encuentro una cosa más bien mecánica.

Acaba de rodar una película como director...

Se llama Sin rodeos, con Maribel Verdú. Roque Baños está poniendo música, pero tiene por delante la banda sonora de El Quijote,de Terry Gilliam, así que yo me espero.

¿Está acabada El Quijote?

Sí, parece imposible, ¿verdad? Ya no le pueden pasar más desgracias.

Bueno, poder, poder...

Es verdad. Con el historial de desastres que lleva la película de Gilliam. En cualquier caso estoy muy contento con el resultado de Sin rodeos.

Es una comedia feminista.

¿Comedia feminista?

Pensada para las chicas que, junto con los dulces, es lo que más me gusta. El público de los Torrente era masculino, tíos. Estoy equivocand­o mi carrera, me dije. Y así decidí hacer una comedia feminista, para que todas esas chicas que se han sentido arrastrada­s a ver Torrente puedan ahora vengarse de sus novios y los lleven a ver Sin rodeos.

Porque va del empoderami­ento.

¿Empoderami­ento? Una fea palabra, ¿no?

Sí, yo la odio. Quiere decir que habla de una tía con poderío. Son palabras que se cuelan, y parece que no puedes luchar contra ellas.

¿Sin rodeos será otro Torrente?

Será muy diferente. Me decía Maribel Verdú, ¿tú no estás muy acostumbra­do a esto, verdad? Verdú es de una precisión milimétric­a, le digo, un poquito menos de ansiedad, dame más agresivida­d. Y lo hace, la tía. Cañita Brava es mucho menos preciso. Con los Torrente lo he pasado bien, pero Sin rodeos es otra cosa. Torrente era un poco como domesticar animales comparado con Sin rodeos. Ahora busco sutileza, el matiz. Es otro tipo de comedia, ya digo. Si funciona me dará muchos ánimos...

¿Dejará de actuar?

No, no, lo paso bien actuando. Creo

DIRECTOR ‘Sin rodeos’ esuna comedia feminista, para que las chicas que se venguen de sus novios

‘SÓLO SE VIVE UNA VEZ’ “Depardieu me da una hostia por la que todavía tiemblo. Son 180 kilos de Gérard”

que hay gente que sufre conmigo, pero a mí me gusta. Mientras me sigan llamando, lo haré...

En Sólo se vive una vez comparte escenas con Depardieu

Impresiona­nte. En una de ellas me da una hostia que todavía estoy temblado. Da miedo. Son 180 kilos. Gérard ¡es que me asustas!, le decía.

Se rodó en Argentina.

Adoro ir. Me tratan muy bien. En los teatros me rinden homenaje, a mí. Pero no quiero ir mucho porque se me sube a la cabeza. Aunque luego vengo a Sitges y ya me ponen en mi sitio. Aquí estoy más tranquilo.

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CARLES CASTRO / GARRAF NEWS MEDIA Santiago Segura recibe el homenaje del festival de Sitges

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