De la India a Terrassa
Una pareja de Terrassa viaja durante un año sobre dos ruedas desde Asia hasta Europa atraída por la educación libre
Roger y Sílvia han culminado un viaje en bicicleta que les ha llevado desde la India hasta su hogar en Terrassa.
Una primera motivación, en forma de pretexto, convivir en la India con profesores y alumnos de varias escuelas fundadas por el escritor y educador indio Jiddu Krishnamurti, precursor de la educación libre. “Queríamos estar unos diez días en cada escuela, pero a partir de aquí no teníamos nada planificado”, recuerda Roger Villena. Él y su pareja, Sílvia Roca, pidieron una excedencia en su trabajo y emprendieron un año atrás un viaje que sólo sabían cómo empezaría. Tenían claro que irían en bici, con el mínimo equipaje, sin prisas, entre el continente asiático y Europa, hasta llegar a su casa, en Terrassa.
“La bici nos daba la posibilidad de elegir libremente en cualquier momento hacia donde ir y el tiempo de cada parada; es una forma muy fácil de viajar, sin estar atado a nada”, destaca Roger. La suya es una curiosa mezcla. El placer de la aventura por la aventura; las ganas de sumergirse en otras culturas, de conocer otra forma de educar; la necesidad de desconectar durante un año de un mundo que no les estaba aportando lo que andan buscando. El suyo no era ningún reto, nada de llevar sus cuerpos al límite.
Sílvia, profesora de inglés, se sentía atraída por la educación libre y pensó que en la India podría aprender de las escuelas que siguen el pensamiento de Krishnamurti. Roger imaginó que la búsqueda de las escuelas podría convertirse también en un viaje entre dos continentes aparentemente tan lejanos, no solo en lo geográfico. “Pasaacadémica mos de hacer un viaje de seis meses por la India a pensar en llegar a casa en bicicleta, durante un año”, explica Villena.
Y la experiencia ha superado con creces sus expectativas. “Hice una especie de voluntariado en la Brockwood Park School, única escuela K (Krishnamurti) en Europa, y tenía ganas de ver cómo funcionaban otras escuelas con el mismo trasfondo, yo no lo llamaría filosofía”, explica Sílvia. Para explicar cómo se educa en estos centros, la joven, risueña e inquieta, cita a Krishnamurti: “Una escuela es un lugar donde uno aprende sobre la totalidad de la vida. La excelencia es absolutamente necesaria, pero una escuela incluye mucho más que eso. Es un lugar donde tanto el profesor como el estudiante exploran, no sólo el mundo del conocimiento, también su propio pensamiento y comportamiento”. El viaje les permitió convivir con profesores y alumnos de media docena de escuelas indias en Bangalore y Varanasi.
Roger, guía de montaña, había recorrido antes Marruecos en bicicleta, en solitario, y había pedaleado por China, Kurdistán o Etiopía, pero Sílvia, sin experiencia, se lanzó a la aventura. Su osadía ha tenido premio. “Es un medio de transporte que nos aproximó a gente que sin tener nada, nos lo dieron todo. Ver a dos europeos llegar sudando, pedaleando, les impactaba muchísimo, te ven al nivel de la gente pobre. Y nos pedían que hiciéramos charlas a los niños, porque para ellos la bici ha quedado como la forma de desplazarse de los pobres. Tuvimos un reencuentro con esta gente, un sentimiento mucho más mágico”, dicen.
Al contrario de lo que uno podría temer, por la aparente vulnerabilidad de quien viaja en bicicleta, la pareja no vivió ninguna situación de angustia. “No nos sentimos nunca en peligro”, coinciden. El frío, que les sorprendió viajando por China, fue el único percance que tuvieron que superar, porque alteró además su presupuesto, muy limitado, al verse obligados a alojarse en varios hoteles. “El presupuesto diario para los dos, de 15 euros, se triplicó, y pensamos que no podríamos llegar al final del viaje”, recuerdan.
Roger y Sílvia, de 40 y 28 años, han ido relatando su aventura por capítulos en un blog (Alforges inquietes) y ahora quieren contar también su experiencia en un libro “para poder transmitir esta forma de viajar y animar a la gente a hacerlo”. Su sueño, a medio plazo, poner en marcha su propia escuela libre en Catalunya, en un entorno natural.
Durmieron en su tienda, cocinaron con un pequeño fogón y fueron acogidos muchas veces por familias autóctonas. “Lo mejor del viaje ha sido la hospitalidad de la gente, especialmente de las personas musulmanas; te acogen desde el minuto cero sin pedirte nada a cambio”, subraya Roger. Jiddu Krishnamurti, que nació en Madrás (1895) pero murió en California (1996), fue un gran orador que se pasó su vida viajando por el mundo, como maestro y conferenciante. No consta en ninguna parte que lo hiciera sobre una bicicleta.
Aventura. Sílvia Roca recorriendo la India. La pareja en su tienda, en Kazajistán. Y él, Roger Villena, junto a una señal de tráfico en China. Pasaron por veinte países distintos. Ya piensan en nuevas aventuras
“Es un medio de transporte que nos aproximó a gente que sin tener nada, nos lo dio todo”, dice Roger