El presidente iraní dice que “ni diez Trumps romperán el pacto nuclear”
A rebufo de la concesión del premio Nobel de la Paz a la Campaña contra las Armas Nucleares, el presidente iraní, Hasan Rohani, hizo ayer un duro alegato en defensa del tratado que su país firmó en el 2015 con las potencias mundiales para que se suavizaran las sanciones a cambio de dejar su programa nuclear.
“Hemos conseguido unos beneficios que son irreversibles –dijo el presidente–. Nadie puede frenarlos, ni Trump ni otros diez Trumps”. La intervención de Rohani coincide con una nueva línea de actuación por parte de la Administración estadounidense. Después de que el presidente Trump dijera en campaña que iba a anular el acuerdo, los últimos comentarios suavizaban esa actitud y optaban por tomar otras medidas contra Irán.
Rohani advirtió a Estados Unidos del grave error que sería violar el acuerdo. “Si lo rompe, el mundo entero condenará a los americanos, no a Irán”, dijo.
El programa nuclear iraní, convertido por Israel como un tema central de seguridad, había sido un grave elemento de desestabilización en la región durante la última década, antes de que la guerra siria y los yihadistas del Estado Islámico trastocarán todo el tablero político. Durante ese tiempo, las sanciones internacionales contra Teherán para forzarle a frenar su programa habían tenido una fuerte repercusión social entre la población, pero no en la cúpula del gobierno que se mantuvo firme con el anterior presidente, Mahmud Ahmadineyad.
La llegada del moderado Rohani en el 2013 abrió una vía a la negociación, que se concretó dos años después. Irán aceptó frenar sus ensayos para enriquecer uranio, a cambio de que se levantaran algunas sanciones que le impedían exportar libremente petróleo.
El presidente Trump quiere volver a castigar a los Guardianes de la Revolución, el brazo armado del régimen que controla gran parte de la economía iraní. La Casa Blanca había filtrado que esta próxima semana Trump negaría que Irán hubiera cumplido los acuerdos pactados, lo que de hecho sería un primer paso para romper el tratado. Sin embargo, diputados republicanos aseguraron después que el presidente estadounidense no iba a oficializar nuevas sanciones –explícitamente prohibidas por el acuerdo– y que dejaría el tema en manos del Congreso.
Rohani, por su parte, además del frente Trump, también tiene abierto uno propio interno, con el ala dura del régimen, que considera que se cedió demasiada soberanía para levantar las sanciones.