Estamos todos
Escribo esta crítica de televisión el sábado por la mañana, viendo al canal 24 horas de TVE conectar en directo con la plaza de Cibeles, en Madrid, pues hay una concentración multitudinaria. ¡Qué rápido se mueve TVE, si lo comparo con su apagón informativo del pasado domingo! Estos manifestantes reclaman diálogo, visten de blanco y no empuñan banderas: critican el enrocamiento nacionalista de los gobiernos de España y Catalunya, afean el independentismo unilateral de Puigdemont y la sordera cerril de Rajoy, y repudian las porras y los puños. Los mismos llenan también la plaza Sant Jaume de Barcelona, y TV3 lo cuenta (no copia el pecado de TVE el 1-O, aunque repita: “Es un movimiento con origen en Madrid”). El televidente catalán ve ahora que no todo va a ser DUI o 155, que hay gente que execra una cosa y la otra: ¡ahora empezamos a estar todos en pantalla! Buena señal periodística y política. Bien lo dijo el indispensable Sergi Pàmies en La Sexta al preguntársele si ve fractura en las familias catalanas: “No hay fractura porque los que estamos fracturados nos callamos”. Es que no apetece nada discutir nada con los que sólo quieres abrazar y reír. También veo en pantalla a manifestantes que reclaman la unidad de España, esos que –con Guerra y Rajoy– no le hacen ascos a las porras: están en la plaza Colón de Madrid y lo veo en TVE y TV3. Lo dicho, parece que ya no falta nadie en pantalla, que ya estamos todos. En esta conexión con la plaza Colón, sobre un mar de banderas de España (que en España, más que un trapo es un objeto contundente para empuñar contra cualquier otra bandera o idea, ¡ved al pobre Piqué!), oigo una alegre canción: Amics per sempre de Los Manolos. No sé si volverá a querer bailarla ahora un independentista catalán, por muy olímpicos recuerdos que le traiga... Del independentismo veo que aprenden sus rivales técnicas de agitación colectiva, movilización de masas y empleo de iconos, que todo todo se pega.
Las movilizaciones de masas ayer en España se deben en gran medida a la profusión e intensidad informativa de La Sexta sobre Catalunya, tanto el 1-O (el pasado domingo emitió durante 17 horas seguidas en directo) como los días anteriores y toda esta semana. La Sexta ha “hispanizado” el caso catalán: España se ha enterado de la pluralidad de voces en Catalunya y del anhelo de dos millones de catalanes. Y aquí algunos manifestantes zoquetes han gritado “¡manipuladores!” a los reporteros de Ferreras, que ha hecho periodismo del bueno: ágil y plural. Los independentistas han podido ver que no toda la prensa de España manipula, y también que Ferreras opina lo que le viene en gana (escéptico con el independentismo), por supuesto. El caso es que a Ferreras le insultan algunos desde España por dar voz a independentistas catalanes, sin librarse de insultos de algunos independentistas por incluir voces criticas. Buena señal: periodismo. Qué tiempos tan interesantes, en que si no jaleas a uno o al otro, para el uno y el otro eres un odioso equidistante, siendo en realidad algo mucho peor y más peligroso: periodista. - @amelanovela
La bandera de España se empuña en España como un objeto contundente contra otras banderas