Pausa para una relación histórica
CaixaBank y Banc Sabadell son dos de las mayores historias de éxito empresarial de Catalunya
El sistema financiero catalán ha vivido esta semana sus días más amargos desde la crisis financiera que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria y acabó en el 2011 con todas las pequeñas cajas de ahorros catalanas. La inseguridad jurídica ante una posible declaración de independencia ha impulsado a CaixaBank y Banc Sabadell a trasladar su sede social a València y Alicante y ha puesto fin, al menos por el momento, a una historia que se remonta a 1881 en el caso del Banc de Sabadell y a 1904 para CaixaBank y que ha marcado la historia económica de Catalunya. Junto a ellos anunciaron el viernes también su cambio de sede Arquia (la antigua Caixa d’Arquitectes) y Mediolanum, buscando igualmente asegurarse el apoyo financiero del Banco Central Europeo y la garantía del Fondo de Garantía de Depósitos para el patrimonio de sus clientes.
La Comunidad Valenciana ha sido la gran ganadora de la inestabilidad y ha pasado de perder todas sus entidades financieras con la crisis de la Banco de Valencia, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Bancaja en el 2011, a albergar las sedes de las matrices de los tres bancos que los compraron: CaixaBank, Banc Sabadell y Bankia.
Albergar la sede social de un gran banco, sin embargo, puede ser poco más que un escaparate, como saben las ciudades de Santander y Bilbao: albergan las sedes históricas de las dos grandes entidades financieras españolas, el Banco Santander y el BBVA, y algunos servicios corporativos, pero la sede operativa de ambas entidades, como también la de Bankia, están en Madrid. Para más confusión, ni siquiera la sede social ha de coincidir con la sede fiscal: aunque BBVA y Santander sí tienen su sede fiscal en el País Vasco y Cantabria, Bankia mantiene el domicilio fiscal, como su sede operativa, en Madrid, donde estaba Caja Madrid.
CaixaBank y Sabadell son dos de las mayores historias de éxito empresarial de Catalunya y su marcha tiene no sólo un impacto económico, sino también sentimental: de sus cajas han salido los créditos que han financiado la economía local durante los últimos 150 años.
Así, Banc Sabadell nació en 1882, impulsado por fabricantes textiles, comerciantes y empresarios agríTorres colas para financiar la compra del carbón y la lana que necesitaba la naciente industria textil. El banco financiaba las fábricas de Sabadell, Terrassa, Olesa de Montserrat y Barcelona, aunque durante 84 años ni siquiera salió de la ciudad, con su sede social en la plaza Sant Roc, y sólo en 1965 abrió su primera oficina fuera, en Sant Cugat.
Los orígenes de CaixaBank, por su parte, se remontan a 1904, cuando en una época con fuertes estallidos sociales, incluida una huelga general en 1902, el abogado Francesc Moragas consiguió el apoyo de entidades ciudadanas y del propio monarca, Alfonso XIII, para crear la Caja de Pensiones para la Vejez y el Ahorro, con la idea de impulsar el ahorro de los trabajadores para asegurar la estabilidad social. En 1917 inauguró su primera sede social, en Via Laietana, que mantuvo hasta 1983, cuando se trasladó a las
Negras de la Diagonal diseñadas por José Antonio Coderch.
La Caixa, nombre popular que ha mantenido pese a las fusiones y absorciones e incluso pese a ser, desde el 2011, un banco, se enfocó desde el principio en captar el ahorro de los particulares a largo plazo, que canalizó en inversiones en las compañías locales de suministros: el germen del grupo industrial que es hoy Criteria. La Caja de Pensiones entró tempranamente en Baleares (en 1913) y se reforzó a partir de la liberalización de 1989, pero el gran estirón llega con la crisis financiera: la fusión con Banca Cívica (que incluía Caja Navarra, Caja General de Canarias, Caja Burgos, Caja Guadalajara y Caja Sol) la convirtieron en una entidad líder en banca de particulares en España. También compró el negocio de particulares de Barclays y, en subasta, el Banco de Valencia, y el edificio de la calle Pintor Sorolla donde ahora estará su sede.
Banc Sabadell, por su parte, focalizado en la banca de empresas, también se hizo ibérico con el cambio del milenio, con la compra del portugués Milenium BCP; los asturianos Banco de Asturias y Banco Herreno, a los que seguirían entidades como el Banco Atlántico, el Urquijo, el Guipuzcoano y, en plena crisis financiera, el Banco Gallego, el negocio de Lloyds Bank en España, la red catalana de BMN y, sobre todo, la CAM, con la que prácticamente dobló su tamaño y cuyo edificio central en la calle Oscar Esplà se ha convertido en su nueva sede social.
CaixaBank y Banc Sabadell están hoy más lejos físicamente de las calles de las ciudades en las que nacieron. Pero en un mundo global, en el que la sede de una empresa se cambia en 2 horas, necesitan también sólo dos horas para volver.
La Caixa se creó para impulsar el ahorro de los obreros locales y el Sabadell, para financiar el textil