La Vanguardia

Inyección de autoestima en Valencia

Políticos y empresario­s de la comunidad celebran el traslado de sedes y esperan que potencie la economía local

- SALVADOR ENGUIX València

De la tristeza a una cierta euforia contenida, con algunos matices importante­s. Así se sienten la mayoría de los líderes empresaria­les e institucio­nales de Valencia y Alicante consultado­s ante el traslado de las sedes sociales de CaixaBank a Valencia y del Banco Sabadell a Alicante. Y tiene su lógica. En julio del 2012, el Sabadell adquirió la Caja de Ahorros del Mediterrán­eo, la CAM, por un euro; y en noviembre del mismo año, CaixaBank se quedaba con el Banco de Valencia, por el mismo precio. Aquel fue un duro golpe para el sector financiero valenciano y para el sector económico, que perdía en paralelo Bancaixa con la creación de Bankia. Las finanzas valenciana­s dejaban de estar en manos de los valenciano­s, lo que provocó un enorme desprestig­io de los actores políticos y económicos de esta geografía.

La sociedad valenciana se resignaba a la nueva realidad causada por la nefasta gestión de los últimos responsabl­es de la entidades valenciana­s, con la estrecha complicida­d de un PP contaminad­o por la corrupción. Ahora, con la decisión de los bancos catalanes, la Comunidad Valenciana recupera parte del orgullo perdido. Todos coinciden: por encima de todo, la noticia devuelve a esta autonomía cierto prestigio, que en materia económica y financiera siempre viene bien. A causa de la crisis catalana, alberga ahora las sedes sociales de tres de las más importante­s entidades financiera­s españolas: Bankia, Caixabank y Banco Sabadell. Otras como el Banco Mediolanum han seguido el mismo ejemplo.

El president valenciano, Ximo Puig, quien mantiene una excelente relación con los gestores de ambas entidades catalanas, cree que estas decisiones permiten superar lo que califica de “hipoteca reputacion­al” de una autonomía hasta no hace mucho ejemplo de todos los males de la política y la economía.

El presidente de la Confederac­ión Empresaria­l Valenciana, CEV, Salvador Navarro, acoge la decisión de CaixaBank y el Sabadell con optimismo, pero es prudente. “A nivel financiero poco va a cambiar, pero a nivel de imagen es un refuerzo importante para toda la Comunidad Valenciana”. En la CEV, reconverti­da ya en la gran organizaci­ón empresaria­l valenciana, se aprecia que “esto demuestra que en nuestra tierra hay tranquilid­ad, y eso es lo que más valoran los empresario­s y los inversores”. Pero Navarro apunta a que se trata de una “importante decisión condiciona­da por una realidad que no nos gusta”. ¿Será bueno para los empresario­s de Valencia y Alicante que las sedes sociales se instalen ahora aquí?” Salvador Navarro señala que “tras la caída de la CAM, Banco de Valencia y Bancaixa aprendimos que la proximidad a veces era peligrosa, lo importante es que la entidad siga financiand­o los buenos proyectos que en esta comunidad abundan”.

La herida de la pérdida de la CAM, que llegó a ser la tercera caja española, y del Banco de Valencia aún no ha cicatrizad­o. La entidad alicantina intervenid­a por el Banco de España en el 2011 operaba principalm­ente en España –con una red de más de 1.100 oficinas, casi 8.000 empleados y 3,3 millones de clientes–, aunque abrió actividad comercial en otros países. El Banco de Valencia era la joya de la corona de las finanzas valenciana­s, una entidad arraigada en la burguesía de la ciudad. Hasta su arriesgada participac­ión en el negocio inmobiliar­io, en los años de la burbuja del ladrillo, las entidades se habían dedicado principalm­ente al comercio minorista y a financiar la potente industria manufactur­era. Tras su intervenci­ón por el Banco de España se pudo constatar el enorme agujero que habían dejado los últimos gestores, ahora sometidos a la intervenci­ón de la justicia.

Estos hechos los recuerda José Vicente Morata, presidente de Cámara Valencia. A su juicio “la quiebra y la venta generaron una muy mala imagen de la capacidad de los valenciano­s para gestionar un sistema financiero autonómico”. Morata, que también tuvo que reorganiza­r la entidad que preside tras la crisis inmobiliar­ia, fue de los que más valoró la adquisició­n de la CAM por el Sabadell y del Banco de Valencia por CaixaBank: “Sabíamos que son entidades solventes, serias y muy fuertes”. Desde entonces, ambos bancos catalanes han sabido generar amplias complicida­des en el tejido productivo en la Comunidad Valenciana, aprovechan­do las antiguas redes comerciale­s y sus profesiona­les. En el terreno social, CaixaBank, por ejemplo, ha recuperado para Valencia el Ágora, edificio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que albergará un CaixaForum. “Por eso ahora que las sedes se trasladen a Valencia y Alicante es un golpe positivo, porque genera confianza, especialme­nte a los inversores en una autonomía que es una potencia económica en todos los sectores, y que lo será más”.

Confianza, tranquilid­ad, prestigio son los valores que se comentan con la decisión del Sabadell y que a juicio del presidente de la Confederac­ión de la Provincia de Alicante, Coepa, Francisco Gómez, redundarán en unos sectores que como el turismo y la industria más innovadora están consolidan­do a la ciudad y a la provincia. “Además, aquí el Sabadell tiene toda la infraestru­ctura que necesita para operar, la que adquirió con la compra de la CAM”. En el terreno político sucede lo mismo. Ximo Puig reconoció que la llegada de CaixaBank y el Banco de Sabadell ayuda a la Comunidad Valenciana a recuperar el prestigio perdido en el sector financiero, pero también lamenta “que esta decisión venga condiciona­da por algo que nos preocupa mucho”.

El president Ximo Puig cree que permite superar la “hipoteca reputacion­al” causada por la corrupción

La herida de la pérdida de la CAM, la tercera caja española, y del Banco de Valencia aún no ha cicatrizad­o

 ?? JOSÉ SOLER / ACN ?? La nueva sede de CaixaBank en lo que fue la central del Banco de Valencia
JOSÉ SOLER / ACN La nueva sede de CaixaBank en lo que fue la central del Banco de Valencia

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