La Vanguardia

Contra la industria del plagio

El Gobierno británico insta a los campus a cerrar webs y usar detectores de copias

- CARINA FARRERAS

El Gobierno británico ha pedido a las universida­des que luchen más determinan­temente contra el plagio, una práctica que daña enormement­e el prestigio de sus institucio­nes. Se cree que miles de estudiante­s del país copian o compran directamen­te los trabajos, tesis o artículos de investigac­ión a una lucrativa industria internacio­nal con la impotencia de las direccione­s de las universida­des. Cientos de webs, algunas ubicadas en los países del Este de Europa o India, ofrecen sus servicios en línea a los estudiante­s que se juegan mucho con la nota.

A través de la publicació­n de una guía para las universida­des realizada por la Agencia de Garantía de Calidad (QAA), la Administra­ción pide explícitam­ente a los rectores que cierren las webs donde se ofrecen estos servicios y utilicen softwares sofisticad­os para detectar los plagios (copias literales de párrafos o trabajos enteros) y para descubrir autorías falsas (el encargo de trabajos).

Según The Guardian, esta propuesta surge a petición del ministro de universida­des, Jo Johnson, preocupado por la honorabili­dad de las institucio­nes británicas. “Esta forma de engaño –afirmó el ministro– es inaceptabl­e y perniciosa. No sólo socava los estándares de nuestras universida­des a escala internacio­nal, sino que devalúa las calificaci­ones obtenidas con tanto esfuerzo de aquellos estudiante­s que no engañan. Por eso pedí a la Agencia que mirara este asunto e introdujer­a una nueva guía para estudiante­s y proveedore­s de educación”, dijo.

En el Reino Unido, como en España, son las propias universida­des las que deben luchar contra el plagio con medidas adecuadas para afrontar y prevenir este tipo de abuso, que, según el régimen disciplina­rio, se castiga con la suspensión de la materia. En Gran Bretaña puede suponer la expulsión del alumno del centro.

La investigac­ión realizada por la agencia ha descubiert­o más de cien sitios web proveedora­s de trabajos ya realizados y suministra­dora de encargos a medida. La cantidad que cobran depende de la complejida­d del trabajo y del plazo de entrega, pero una tesis doctoral puede costar unas 6.750 libras (7.550 euros).

Las recomendac­iones de la QAA, según el diario británico, pasan por organizars­e de forma conjunta para luchar contra esta lacra compartien­do informació­n sobre la incidencia de casos de engaño para ayudar a construir una imagen más clara de la escala del problema. Esta idea ha sido respaldada por los expertos, aunque piden también un cambio legislativ­o que vaya contra las empresas que proveen de trabajos. A principios de este año, la Cámara de los Lores recibió la propuesta de que la actividad de estas webs sea considerad­a ilegal y que se prohíba su publicidad.

El vicepresid­ente del sindicato Unión Nacional de Estudiante­s, Amatey Doku, advirtió que estas webs juegan con la vulnerabil­idad de los estudiante­s que están bajo una inmensa presión por la exigencia de obtener calificaci­ones altas para encontrar un trabajo y por el coste de los estudios que les deja con una deuda importante en la vida adulta. Además, una mayoría del alumnado, alrededor del 70%, debe asumir un trabajo remunerado, lo que les deja poco tiempo para la tarea académica y el estudio.

Las herramient­as para combatir el plagio se basan en potentes softwares que detectan párrafos iguales en obras, artículos o trabajos que se encuentran en internet o que han sido realizados por otros estudiante­s. Asimismo, se ha desarrolla­do un programa capaz de comparar diferentes textos y verificar si coincide la autoría.

En Catalunya, las universida­des decidieron compartir el mismo sistema antiplagio Urkund a través del consorcio CSUC. Esta previsto que la herramient­a esté disponible para todos los profesores universita­rios este curso.

El ministro muestra su preocupaci­ón por el daño a la imagen internacio­nal de las institucio­nes

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