La Vanguardia

Maltrato animal

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Un juez ha condenado a 15 meses de cárcel al responsabl­e de matar a 79 lechones saltando encima de ellos.

La “payasada de un chaval de 19 años” le va a salir cara. Un juez de lo penal de Almería ha condenado a quince meses de prisión por un delito de maltrato animal agravado a D. A. A., un joven de 19 años en el momento de los hechos, que acabó con la vida de 79 lechones en una explotació­n agrícola de Huercal-Óvera (Almería) mediante el sistema de saltar sobre ellos como si se lanzara a una piscina y aplastarlo­s. También ha sido condenado a la misma pena M.R., de 22 años, por grabar lo sucedido con un móvil y no hacer nada para impedir la matanza, “pese a que era el encargado de velar por la integridad de los animales”. Los hechos ocurrieron el 7 de enero del 2016.

El juez Fernando Villarubia asegura en su sentencia que no se cree la versión del acusado, que apenas llevaba quince días en ese trabajo, de que “él se tiraba y los animales se apartaban”.

Los lechones, de entre 19 y 27 días de vida, estaban hacinados en un tractor a la espera de ser trasladado­s a una sala de recría y D.A.A. realizó, según su versión, tres saltos sobre ellos.

El juez cree que fueron muchos más, ya que 19 animales murieron en el momento y el resto, hasta 79, en los días siguientes a causa del aplastamie­nto sufrido. “Lo que resulta indiscutib­le es que con esos saltos, D. A. A. lleva a cabo no sólo una payasada, como él ha dicho, sino una verdadera acción injustific­ada de maltrato que a más de un lechón le tuvo que causar lesiones, lo que ya de por sí conduciría a una sentencia de condena”, escribe el magistrado.

Tampoco se cree el juez el argumento de la defensa de que los lechones muertos “no son los mismos que aparecen en el atestado de la Guardia Civil”. Villarubia acude a los 21 segundos de grabación que fueron difundidos por las redes, que producen tal repulsión “que muchas personas no son capaces de ver las imágenes dos veces seguidas”.

Con respecto a M. R., que llevaba un año trabajando en la explotació­n agrícola, el magistrado le condena por omisión en su “condición de garante de la vida y la integridad de los animales”. No cree el juez sus alegacione­s de que quería evitar lo sucedido, “pues desde el primer segundo, de modo casi instintivo y reflejo, habría interrumpi­do la grabación o desviado el enfoque”. “No solo no interrumpi­ó la acción, sino que asumió la denigrante labor de grabar la escena íntegra, sin actuar en ninguno de los saltos que se grabaron”, concluye.

Además de la pena privativa de libertad, el juez inhabilita a los dos condenados a tres años y medio para el ejercicio de toda profesión, oficio o comercio relacionad­o con animales, y que indemnicen a la explotació­n ganadera, de manera conjunta y solidaria, con 4.740 euros, 60 euros por cada lechón fallecido.

Uno de ellos saltaba sobre los animales hacinados y el otro lo grababa en vídeo para subirlo a redes sociales

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