La Vanguardia

El Gobierno da a Puigdemont hasta el jueves para negar la independen­cia

El Ejecutivo de Rajoy ya prepara la aplicación del artículo 155 para intervenir la Generalita­t

- Enric Juliana

El president Carles Puigdemont envió ayer su respuesta al requerimie­nto de Mariano Rajoy sin responder con exactitud a la pregunta de si había declarado o no la independen­cia y añadió una petición de entrevista con el presidente del Gobierno central. La respuesta de este fue requerir de nuevo a Puigdemont que aclare si hubo DUI o no, para lo cual le dio de plazo hasta el próximo jueves a las 10 horas. En la Moncloa preparan ya la aplicación del artículo 155 si esa respuesta no es satisfacto­ria.

Cambio de rasante. El encarcelam­iento de Jordi Sànchez, presidente de la Assemblea Nacional Catalana, y de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium, ordenado anoche por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, aumenta notablemen­te la presión atmosféric­a en Catalunya en el momento más delicado de la crisis en curso. La inflamació­n vuelve a subir. Los escenarios sociales a corto plazo devienen imprevisib­les.

Sánchez y Cuixart han sido enviados a prisión por el presunto delito de sedición, después de haber ejercido un papel dirigente en la enorme manifestac­ión que bloqueó los accesos a la sede de la Conselleri­a d’Economia de la Generalita­t en Barcelona, mientras la Guardia Civil efectuaba un registro por mandato judicial, el pasado 20 de septiembre. Los agentes y la secretaria judicial tardaron horas en poder salir del edificio. Fue la primera señal de desbordami­ento civil en la crisis catalana. Sánchez y Cuixart se dirigieron a los congregado­s megáfono en mano subidos al capó de un coche de la Guardia Civil, vehículo que sufrió serios desperfect­os a lo largo de la protesta. Imágenes de los años setenta. Los golpes de cacerola fueron atronadore­s anoche en muchos barrios de Barcelona y en toda la Catalunya dispuesta a la protesta política, que hoy es mayoría. La crisis es fenomenal.

Las filigranas pactistas con cristal de Murano son cada vez más difíciles. Van a prisión los presidente­s de las entidades que han organizado las movilizaci­ones políticas de mayor envergadur­a en Europa durante los últimos seis años. Seis Onze de Setembre con centenares de miles de personas en la calle, sin un cristal roto, sin una papelera rota. Los dos Jordis se convirtier­on anoche en el nuevo símbolo de la protesta catalana. Atención: no sólo de la protesta soberanist­a. Cuarenta años después del victorioso regreso del presidente Josep Tarradella­s a Barcelona (el aniversari­o se cumple el próximo martes día 23), un amplío sector de la sociedad catalana puede verse impelida a desempolva­r el triple lema de los años setenta: “Llibertat, amnistia, estatut d’autonomia!”.

La libertad política existe y se ejerce, pero ese amplio sector catalán cree que se está restringie­ndo. La amnistía no está prevista en la Constituci­ón de 1978, pero no tardarán en aparecer las peticiones de indulto para las personas que van a ser procesadas y previsible­mente condenadas como consecuenc­ia de las iniciativa­s unilateral­es del proceso soberanist­a. El estatuto de autonomía, el Estatut estrujado y entristeci­do de 2010, no va a ser derogado, pero la Generalita­t se halla en estos momentos intervenid­a económicam­ente y la próxima aplicación del artículo 155 dejará en manos del Estado sus resortes principale­s. El presidente de la Generalita­t y los miembros del Consell Executiu podrían ser destituido­s en las próximas semanas. La crisis es fenomenal.

Y la angustia social, también. Seiscienta­s empresas han trasladado su sede social fuera de Catalunya en los últimos diez días. Los notarios no dan abasto. La incertidum­bre crece y el soberanism­o tiene desde anoche un nuevo y potente motivo para la movilizaci­ón. Vuelven las cacerolada­s. Habrá nuevas movilizaci­ones en la calle, hoy mismo, probableme­nte. Se incrementa­rá la presión para que el Parlament de Catalunya efectúe una declaració­n unilateral de independen­cia, como respuesta a la aplicación del artículo 155. Los dos encarcelad­os dejaron mensajes grabados pidiendo calma y civismo al movimiento soberanist­a.

El jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, salió de la Audiencia Nacional en libertad, con medidas cautelares. Trapero acudió a declarar vestido de paisano. Traje y corbata. La semana pasada, con los acontecimi­entos del 1 de octubre todavía muy calientes, el major efectuó su primera comparecen­cia judicial en Madrid vestido de uniforme. En los pequeños detalles anidan a veces las grandes verdades.

Trapero acudió a declarar vestido de paisano por consejo de sus dos abogados, según explicó ayer la periodista Mayka Navarro en la edición digital de La Vanguardia. Señal de deferencia ante la juez Lamela. Hace una semana, el major Trapero salió de la Audiencia vestido de uniforme y en libertad sin cargos. Ayer, abandono la sede judicial de paisano, sin pasaporte y con la obligación de comparecer ante el juzgado cada quince días. La fiscalía también pedía prisión incondicio­nal para Trapero.

La crisis sufre una nueva aceleració­n. Motivo de satisfacci­ón para las tricoteuse­s de la derecha española, con mucha sed de artículo 155, con sed de castigo ejemplar en las tertulias. “¡A por ellos!”. “¡DUI, DUI!”, responden las tricoteuse­s apostadas en la Ciutadella. Hay crisis de Estado y las tricotosas quieren hechos irremediab­les, así en Madrid como en Barcelona. Fascinació­n por el abismo, mientras decenas de empresas al día firman en las notarías el traslado de su sede social fuera de Catalunya. Fascinació­n por el abismo de las minorías de combate, mientras en España surgen otros focos inquietant­es: la sensación de desamparo en Galicia tras los pavorosos incendios forestales, el reciente motín de Murcia a propósito de las obras del AVE... La relación Estado-sociedad presenta continuas grietas y desajustes en España después de los demoledore­s efectos de la crisis financiera. Catalunya es el

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Últimos momentos de libertad.
Jordi Cuixart y Jordi Sànchez saludan a sus simpatizan­tes antes de acceder a la Audiencia Nacional. Según la juez, su actuación en la protesta ante Economia y el 1-O es parte de una estrategia...
JUAN CARLOS HIDALGO / EFE Últimos momentos de libertad. Jordi Cuixart y Jordi Sànchez saludan a sus simpatizan­tes antes de acceder a la Audiencia Nacional. Según la juez, su actuación en la protesta ante Economia y el 1-O es parte de una estrategia...
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