De una cárcel a otra
Daphne Caruana Galizia murió al estallar una bomba en su vehículo
El sargento Bowe Bergdahl del ejército de EE.UU., que pasó cinco años encarcelado por los talibanes tras huir de su unidad y caer en manos del enemigo, afronta ahora en su propio país una posible cadena perpetua acusado de deserción.
Ser un periodista incómodo para el poder siempre resulta peligroso, pero pagar esa valentía con la propia vida parecía algo ya superado en un país de la Unión Europea. No fue así para Daphne Caruana Galizia, periodista y bloguera muy conocida en Malta, investigadora de casos de corrupción, que fue asesinada ayer de manera brutal. Su coche saltó por los aires por una potente bomba oculta en su interior.
Caruana Galizia, de 53 años, casada y con tres hijos, tenía un blog, Running Commentary, muy seguido. Hace dos semanas había denunciado amenazas. La explosión, cerca de su vivienda, en Bidnija, en el norte de la isla, fue muy violenta. El coche, un Peugeot 108, quedó destrozado. Parte del vehículo y la propia víctima, carbonizada, cayeron sobre un campo junto a la carretera, según las fotos del diario Times of Malta en su web.
El asesinato provocó una fuerte conmoción en la pequeña república insular, excolonia británica, que cuenta con unos 450.000 habitantes. Reaccionaron de inmediato todas las autoridades, incluido el arzobispo, Charles Scicluna, quien antes ocupó un importante cargo en el Vaticano como fiscal que trataba sobre los casos de pederastia. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, dijo que la periodista había “sacrificado su vida para buscar la verdad”.
Caruana Galizia investigaba los llamados Malta Files, una derivación de los papeles de Panamá, el escándalo sobre los miles de empresas pantalla que usaban el país centroamericano para evasión fiscal y negocios ilícitos. Las denuncias de la periodista maltesa contra la esposa del primer ministro, Joseph Muscat, propiciaron un adelanto electoral, el pasado junio, tras el cual Muscat fue confirmado en el poder. Caruana Galizia sacó a la luz la existencia de una supuesta empresa, Egrant, domiciliada en Panamá y cuya propietaria en la sombra, según sus datos, era Michelle Muscat. Desde esa compañía, al parecer, se movieron enormes cantidades de dinero hacia Azerbaiyán. Muscat y su esposa siempre lo negaron. Ayer, el primer ministro condenó con contundencia el asesinato, pidió unidad nacional y anunció que recurrirá a la ayuda internacional para desenmascarar a los autores del crimen. Muscat recordó que la periodista era muy crítica con él, pero “nada puede justificar de ningún modo este acto bárbaro”.
En Italia, la noticia también tuvo una gran repercusión. Hace unos meses el semanario L’Espresso publicó un informe, bajo el título de “Malta, la isla del tesoro”, elaborado por un consorcio periodístico europeo, sobre los miles de italianos que utilizan Malta para evadir impuestos, entre ellos empresarios, banqueros, políticos, figuras del espectáculo y personajes vinculados a clanes mafiosos, en total unas 8.000 compañías pantalla cuyos titulares parece que son italianos.
Según el escritor antimafia Roberto Saviano –que lleva años viviendo con escolta policial–, el dinero sucio ya no circula por Panamá y el Caribe, sino sobre todo por Londres, Gibraltar y Malta. Saviano hizo estas declaraciones tras conocer el asesinato. A su juicio, las revelaciones de los papeles de Panamá fueron una venganza del propio Panamá por haber perdido buena parte del negocio.