“También hay una relación de las llamas con el cambio climático”
Eduardo Rojas, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes
Eduardo Rojas, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, uno de los grandes especialistas mundiales en gestión forestal, reclama política de autodefensa para afrontar los grandes incendios, entre otras muchas propuestas.
¿A qué se debe la virulencia de estos últimos incendios?
Hay varias causas. La primera es que el noroeste de la península Ibérica, desde hace más de un año, sufre una sequía histórica. Hay zonas en las que ha llovido menos un 30% o el 40% de lo normal. Otro factor ha sido que un huracán ha arrastrado vientos tropicales muy intensos desde el Sur.
¿Y qué causas estructurales aprecia?
En Galicia, nos encontramos con espacios muy imbricados, con zonas de pastos, bosques y áreas habitadas muy mezcladas entre sí. No hay separación del bosque respecto
a las zonas con casas habitadas. Conviven casas, bosques, cultivos, prados, más casas... Ese modelo territorial hace muy complicada la extinción. En muchos municipios no hay ni centros urbanos, son caseríos en mitad del monte. Antes no era un problema, pero cuando el pasto y la agricultura se abandonan, esa estructura del suelo es extraordinariamente peligrosa.
¿Influye el cambio climático?
El cambio climático se puede aducir en tanto que hay una relación con huracanes que han salido de la zona tropical, de vientos más intensos y ventanas de sequía más amplias. Eso es cierto.
Cuando hay fuego, enseguida los políticos ven pirómanos. Como si quisieran señalar culpables para desviar la atención...
Es una manera fácil de afrontar un tema complejo. En el noroeste, en Galicia, Asturias, Zamora y León se registra el 75% de los incendios que se producen en España.
¿Y por qué?
Es una cuestión cultural. El alto número de incendios aquí tiene que ver con costumbres con poso étnico, podríamos decir. Hablamos de un número de incendios desbocado. Galicia ha hecho un gran esfuerzo pero registra 3.000 fuegos al año. ¿Entonces...?
En Galicia el uso del fuego es ancestral. Y hay costumbres sociales que cuesta muchísimo extirpar. A veces, el origen es la quema de una zona en la que el bosque ha invadido los prados, la limpieza de una maleza o gente que quema lo que le molesta.
¿Pirómanos?
Puede haber gente con un problema de perturbación mental. Pero el problema fundamental es que la población rural está acostumbrada a eliminar con fuego la vegetación que le molesta, a hacerlo de la manera más barata, porque lo ha hecho toda la vida. Pero la peligrosidad de estas prácticas no tiene nada que ver con la tenían en el pasado. Son sucesos que se les escapan de las manos con más frecuencia. Se deben aplicar multas para que estas personas sepan que este comportamiento no es lógico. Son prácticas que están fuera de lugar, pero que están muy arraigadas.
¿Qué soluciones debe aplicar la Administración?
En estas zonas críticas del noroeste, con tanta población dispersa en el medio forestal debería tener instrucciones claras de comportamiento, porque a veces lo mejor que
RAZONES ESTRUCTURALES
“En Galicia existe un uso del fuego ancestral, prácticas arraigadas que deben eliminarse”
POLÍTICA FORESTAL “Cuando la sequía es tan extrema, da igual que el bosque sea pino, eucalipto o roble”
puede hacer es quedarse en casa. La autodefensa es fundamental. También se requiere una mínima protección de las viviendas, de las urbanizaciones o de las casas sueltas. La formaciones arbóreas no deben estar pegadas a las casas...
¿Hay que introducir cambios en la política forestal?
No tiene nada que ver. Son plantaciones que llevan décadas. Cuando la sequía es tan extrema, da igual que el bosque sea pino, eucalipto o roble. Si no se hubiera apostado por una explotación productiva, la situación aún sería peor, porque el matorral aún causaría una situación más grave. En la zona norte de Lugo hay un continuo de bosques de eucaliptos y no ha habido problemas. La diferencia es que en Lugo la población está más concentrada, es un bosque productivo y nadie lo abandona. En cambio, en Pontevedra o A Coruña hay explotaciones forestales abandonadas o esperando que alguien pueda construir ahí en ellas.
¿Qué pide a la Administración gallega?
Hay que encontrar a estas personas con reincidencias y reducir el número de fuegos. Y ante lo que hemos visto en Vigo, donde el fuego ha entrado en zonas urbanas, debemos generar planes de protección para las zonas urbanas.