Tiempo de armonía
El Barça da por superada una etapa de crispación antes de la asamblea general
El Barcelona está saliendo a flote. Cualquier organización sometida a las tensiones de toda índole que ha experimentado la entidad blaugrana en los últimos meses habría reventado por todas las costuras, pero en casi 118 años de historia el Barça parece haber aprendido a contener las crisis periódicas y a convivir con la inestabilidad inherente a su transversalidad social. Oportunamente, en la semana de la asamblea general de compromisarios, el club empieza a ver la calma al final de un largo túnel porque el catalizador de la armonía, que son en definitiva los resultados deportivos, está haciendo su trabajo. Y la junta respira. Sostienen en el órgano de gobierno que Josep Maria Bartomeu está en condiciones de reproducir la exclamación que popularizó su antecesor Joan Laporta en 2009: “Al loro, que no estamos tan mal, hombre”.
Todos los equipos profesionales del FC Barcelona son líderes en sus respectivas competiciones. No es una circunstancia excepcional en los albores de la temporada, pero tiene su mérito con la perspectiva del curso pasado, saldado con la Copa del Rey en fútbol –cuando el Madrid se adjudicó la Liga y la Champions– y una debacle sin precedentes en baloncesto. Las dos secciones han cambiado de entrenador y practicado cambios sensibles en las plantillas. Ernesto Valverde y Sito Alonso, profesionales experimentados, reflexivos y de talante conciliador, han encauzado con naturalidad su trayectoria en los banquillos blaugrana. El Barça comenzó a despejar dudas al batir 3-0 al Juventus en la Liga de Campeones y confirmó su potencial el sábado en el Wanda Metropolitano con una actuación convincente. En el Palau el público ha vuelto a conectar con un equipo que ha firmado las cuatro victorias en la Liga Endesa, superando los 100 puntos en los últimos dos partidos –no ocurría desde la 2009-2010– y debutó en la Euroliga con un rutilante triunfo ante el poderoso Panathinaikos. Con siete incorporaciones y una considerable inyección económica el baloncesto blaugrana ha recuperado, como mínimo, la dignidad.
El equipo de balonmano aspira a reconquistar la Champions League después de dos temporadas. El sábado, en la quinta jornada del torneo, sufrió la primera derrota de la temporada (27-24) en la pista del Vardar, campeón de Europa, que no compromete sus aspiraciones. Xavi Pascual espera la inminente incorporación del central islandés Aron Palmarsson que supondrá un relevante salto cualitativo.
Después de 5 victorias en 5 jornadas, el Barça Lassa lidera la liga de fútbol sala con 2 puntos de ventaja sobre el Inter Movistar, una competición que no gana desde hace cuatro temporadas. El sábado se clasificó como cabeza de grupo de la UEFA Futsal. Después de adjudicarse la Supercopa de España, la sección de hockey patines ha comenzado la OK Liga con dos victorias y aspira a conquistar su 22.º Liga Europea, torneo que obtuvo por última vez en el 2015.
Con triunfos en las primeras seis jornadas (27 goles a favor y 1 en contra), el equipo femenino de fútbol, profesionalizado, opta a la liga y a convertirse en el primer finalista español en la Champions.
En definitiva, la situación deportiva del Barcelona está en un punto óptimo, un salvavidas para una directiva que acaba de perder a dos miembros, Carles Vilarrubí y Jordi Monés, que dimitieron en protesta por la decisión de jugar a puerta cerrada el partido del 1 de octubre en un contexto de violencia policial. Aquel día las palabras de Piqué en pro del diálogo y la libertad de expresión dieron origen a la última polémica de una etapa extraordinariamente inestable. Desde la marcha de Neymar convertida en un culebrón a la lesión de Dembélé, pasando por una actuación cuestionable en el mercado de fichajes que ha provocado una catarsis en la estructura del fútbol o el desastre contra el Real Madrid en la Supercopa... Todo, mientras Agustí Benedito compilaba firmas para una
EL BÁLSAMO DEPORTIVO Todos los equipos profesionales de la entidad son líderes en sus competiciones
LA RECONVERSIÓN
La afición del Palau vuelve a disfrutar del baloncesto después de una temporada nefasta
moción de censura. La coyuntura política sigue provocando inestabilidad en el Barça en forma de hostilidad en los desplazamientos, pero los dirigentes sienten que lo peor de la crisis ha pasado. El sábado podrán vender ilusiones a los socios: aspiraciones deportivas o la primera gran inversión en el futuro estadio, 55 millones.