El invitado inesperado
Dovizioso pasa de ser el tapado a único aspirante a derrocar a Márquez
Asegura Andrea Dovizioso que es un tipo “racional y frío”. Su representante, Simone Battistella, lo define como un chico “sencillo y hogareño, un piloto listo y muy regular”, pero sobre todo, como una persona “normal”. “Normal”, aseguran sus rivales y compañeros, que ven en el piloto de Ducati a uno de los “competidores más limpios” de la parrilla. Alejado de excentricidades, enemigo de escándalos, poses y tópicos, Dovi, a sus 31 años, se ha convertido en uno de los pilotos con voz propia en el paddock, con criterio y con peso en las reuniones de MotoGP. Por fin, al cabo de 10 años en la clase reina, ha acabado siendo uno de los grandes. Uno de los rivales respetados también en la pista.
Se lo ha ganado a pulso, y con mucha paciencia, quien fue designado –muy prematuramente– el relevo italiano de Valentino Rossi allá por el 2008, con sólo 22 años, cuando se estrenó en MotoGP como protegido de Honda junto a Pedrosa. Venía de ser dos años subcampeón de 250cc, a la sombra de Jorge Lorenzo, y desde su salto a la cilindrada reina siguió viviendo a la sombra, pero de Rossi, el único referente para la afición italiana, ídolo incuestionable incluso en horas bajas o perseguido por Hacienda. El 46 parecía perseguirle. Incluso se ennovió con una bella paragüera de Monster, Alessandra, apellidada Rossi, quien hoy es su compañera y madre de su hija, Sara (7).
Pero Dovizioso, sin hacer ruido, fue creciendo, a la sombra de Pedrosa en el Repsol Honda, luego en el equipo satélite Tech3, y cuando Rossi dejó Ducati por Yamaha, siguió el rebufo del Dottore para vestirse de rojo junto a Nicky Hayden. Fue su mejor decisión. Con Ducati han crecido juntos la moto, el equipo y él en estos últimos cinco años. Lo explicaba Jorge Lorenzo, que al llegar a Borgo Panigale se dio cuenta de que Dovi no sería su escudero. “Yo no lo he espoleado yendo a Ducati; Dovi ha acumulado mucha experiencia con esta moto, este año está muy fuerte físicamente, sabe sacar el máximo partido de los neumáticos, es muy regular, no hace nada excepcional, pero todo lo hace bien y lo aprovecha”, se rendía el balear, que ya desde Mugello y Catalunya le veía como candidato al título.
El agigantamiento de Dovizioso este año ha sido prodigioso, fruto de su regularidad (un solo cero, por caída en Argentina), su constancia y una gran habilidad con los frenos, que lo hacen uno de los pilotos más difíciles de adelantar en frenada. Aunque para su mánager hay un factor decisivo: la madurez alcanzada el año pasado y perfeccionada ahora. “Este año ha aprendido a gestionar las dificultades; ahora sabe separar lo que pasa en la pista y fuera de ella, y sabe, también, aprender de la derrota”.
Sus números no engañan: en los 9 anteriores años en MotoGP sólo ganó dos carreras (Donington 2009 y Malasia 2016, ambas en agua), y este curso lleva 5 victorias, 3 de ellas en duelos directos con Márquez, del que está a 11 puntos en el Mundial. Ni Viñales ni Rossi, ni Lorenzo ni Pedrosa. El gran rival del 93 por el título ha acabado siendo el más sigiloso, el más silenciado. El tapado. El nuevo ídolo de Italia, que ya agota camisetas en su país. “No me había pasado nunca. Supone mucho agotamiento mental. Es muy bonito, porque nunca antes había tenido tanto apoyo, pero no estoy habituado y es complicado de llevar”, decía el tipo normal de Forli.
ENTRE LOS GRANDES A LOS 31
El agigantamiento de ‘Dovi’ ha sido prodigioso, fruto de su regularidad y su madurez gestora