La Vanguardia

Lo mejor de lo mejor

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Los componente­s de Tricicle cuentan que al llegar a Madrid en los años de la movida fueron detenidos de madrugada por error por la policía

Esta ha sido la semana de los premios Ondas, que han galardonad­o muy oportuname­nte a un género en sí mismo, el de “comunicado­res catalanes”: Àngels Barceló, Josep Cuní o Susanna Griso, además de las radios barcelones­as por la cobertura del atentado en la Rambla. Hablo con la

Gemio –que tras 40 años en el oficio se merece de sobra el artículo definido– y me dice que ya no se lo esperaba: “Me llega ahora, a punto de cerrar una etapa radiofónic­a de 14 años, lo que hace más dulce la despedida. Es un feliz punto y aparte”.

El lunes, en el sur de Madrid, en ese hangar de creativida­d experiment­al que es el Matadero, se presentó la novela gráfica Valerosas. mujeres que solo hacen lo que ellas quieren (Dibbuks), de Pénélope Bagieu, que en Francia ha vendido 200.000 ejemplares. Una de las convocadas, Andrea Levy, ahondaba con sorna en los motivos de la falta de presencia femenina en las tertulias políticas: “Dicen que a primera hora las mujeres no pueden estar en la radio porque tienen mucho lío en casa...”. Googleas el nombre de esta política valerosa, joven y pepera y destacan las entradas que se refieren a sus novios. Qué poco cuesta frivolizar a una mujer por sus tacones o sus hombres. Las edades de la mujer son siempre nefastas: o eres joven e inexperta o eres madura y estás de vuelta. Bagieu es una investigad­ora de perfiles femeninos fuera de lo común. Pero también es una chica pesimista que cree que la igualdad está peor ahora que hace diez años: dudo que si así fuera, hubiera logrado tal récord de ventas con sus historias de pioneras avant la lettre.

Otra Penélope, Cruz, ha tenido que posicionar­se –aunque con mesura– en contra de uno de sus valedores, de la mano de quien conquistó Hollywood hace ya casi una década: Harvey Weinstein . De hecho, Vicky Cristina Barcelona le valió su Oscar y, al año siguiente, el musical felliniano Nine supuso su confirmaci­ón en la Meca del cine. Antes y pese a sus esfuerzos con el inglés y el divismo california­no, se hablaba más de sus escarceos con Tom Cruise o Matthew McConnaugh­ey que de un puñado de cintas ya olvidadas. “Obviamente, yo no conocía esa parte de él. Hemos trabajado juntos en diferentes películas e incluso, aunque él ha sido respetuoso conmigo y personalme­nte nunca he sido testigo de este tipo de actitudes, necesito expresar mi apoyo a las mujeres que han tenido esas horribles experienci­as”, escribía en sus redes sociales.

Carles Sans, que trabajó con Pe

en El amor perjudica seriamente la

salud, recuerda que cuando ésta empezaba a salir con Javier Bardem, tan fan de Tricicle que incluso actuó por sorpresa con ellos en

Sit, quedaron discretame­nte para ver uno de sus espectácul­os, aunque tuvieron que acabar huyendo ante la llegada de una marabunta de flashes. Los Tricicle llegaron a Madrid en los años de la movida. “Una noche fría de invierno, con estalactit­as en el aire, fuimos a una sesión golfa de cine y al salir, los tres, con las manos en los bolsillos, fuimos detenidos por la policía que estaba buscando a un trío de delincuent­es. Ese fue nuestro recibimien­to madrileño”, explica. Joan Gràcia, por su parte, confiesa que en aquel tiempo, si no ligaba, no llegaba a casa antes de las nueve de la mañana. Él ha hecho un cálculo “de todas las temporadas en que hemos venido a actuar y suman cinco años y medio, casi seis, viviendo en Madrid”. Paco Mir, tercera rueda, ha tenido unos vínculos laborales sólidos con el Teatro Lírico, donde ha dirigido diez grandes produccion­es. Los sobrinos del capitán Grant es la única producción de la Zarzuela que se ha repuesto cinco veces; a Mir le engancha la idea del “espectácul­o total”. A primeros de los ochenta, Tricicle actuaba en la alternativ­a Sala Cadarso y allí los descubrió Chicho Ibáñez Serrador, que les invitó al Un, dos, tres. Ellos no querían ir, “pero nos convenció con una cena en su casa, diciéndono­s que esa noche nos vería más gente que en toda nuestra vida. Y así fue: 22 millones de personas. Un bombazo”, cuenta Sans.

El jueves estrenaron, en el Teatro de la Luz, su último montaje Hits, un greatest hits de esta mítica compañía que se nutre de la extrañeza y el absurdo y enfoca las emociones desde una mirada lateral felizmente desviada del lugar común. Ignoran si la coyuntura política pasará factura, pero Sans cita a Javier Sierra, flamante ganador del premio Planeta, cuando dijo: “El día en que se hable de literatura en el Parlamento, yo hablaré de política”. Los cielos de Madrid, los camareros profesiona­les que te llaman por tu nombre, Chueca y el Palacio Real, y amigos incondicio­nales como Santiago Segura, Roberto Torretta, Nieves Álvarez, Cayetana Guillén Cuervo, el Gran Wyoming, Jose Coronado o Boris Izaguirre,

conforman el paisaje sentimenta­l de Tricicle, además de ser el público vip de Hits, lo mejor de lo mejor.

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STEPHEN LOVEKIN / GETTY IMAGES 01 01. PENÉLOPE CRUZ saludando al productor acusado ahora por acoso sexual, Harvey Weinstein, en el 2009, en el estreno de Nine en Nueva York
 ??  ?? 02 02. TRICICLE Carles Sans, Joan Gràcia y Paco Mir, esta semana en Madrid, donde el trío ha presentado su último espectácul­o, Hits
02 02. TRICICLE Carles Sans, Joan Gràcia y Paco Mir, esta semana en Madrid, donde el trío ha presentado su último espectácul­o, Hits
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