La Vanguardia

El Barça se impone al Málaga (2-0)

El Barça vence en un día marcado por las vicisitude­s políticas en Catalunya

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Mucho más que fútbol en el Camp Nou, que se convirtió de nuevo anoche en un altavoz de las vicisitude­s políticas de Catalunya. El club, por boca de su presidente, subrayaba su apoyo a las institucio­nes catalanas. En la grada se repetían cánticos fervorosos a favor de la independen­cia, de la libertad y en contra de la actuación del Gobierno español. Por megafonía se insistía en los mensajes institucio­nales pidiendo diálogo y civismo. Y en el campo, en medio de estas semanas tan complicada­s a nivel ambiental, el equipo firmaba una nueva victoria para prolongar su buena dinámica y seguir asentado en el liderato. Lo hizo de manera discreta, sin poner la sexta marcha aunque tampoco sin grandes agobios. Un poco a media luz, como si quisiera respetar un contexto desde luego más estridente.

Apenas se habían asentado los equipos sobre el césped cuando el Barcelona se adelantó en el marcador gracias a un claro error del colegiado asturiano González Fuertes. Digne centró un balón desde el flanco izquierdo cuando el balón ya había traspasado la línea de fondo y Deulofeu, que repetía titularida­d, se avanzó a una defensa que se había quedado parada y marcó con la espuela. Un remate magnífico que debió ser invalidado. No hacía falta el videoarbit­raje para ver la jugada pero con el VAR no habría habido ningún tipo de duda, como con el gol no concedido al Barcelona en el Benito Villamarín la pasada campaña. En medio de las protestas de Míchel y sus futbolista­s el Barça y el estadio ya celebraban. Un inicio estrambóti­co y dos datos. El de Deulofeu fue el único remate del Barça a portería en toda la primera mitad y constituyó el primer gol del extremo como barcelonis­ta.

Valverde había apostado por un once muy continuist­a con sólo dos cambios, el de Mascherano por Piqué y el de Rakitic por Paulinho. El hecho de que el líder se adelantara tan pronto frente al último de la Liga hacía presagiar un festival continuo. Pero no fue así. Messi hacía filigranas con sus regates, sus fintas y su visión de juego y Rakitic y Busquets se adornaban con gestos técnicos pero al equipo blaugrana le costaba un mundo combinar y acabar una jugada con verticalid­ad.

No llegaba casi al área del portero Andrés Prieto, que en su debut en la categoría no se veía muy exigido. Mientras, el entrenador barcelonis­ta pedía más intensidad desde la banda pero sus futbolista­s se adormecían sin balón y permitían un par de posesiones largas del Málaga, que tampoco generaba peligro, más allá de un

UN GOL QUE DEBIÓ SER ANULADO El líder, que firmó una actuación discreta, se adelantó gracias a un claro error del colegiado

cabezazo desviado del Chory Castro. En algunos pasajes el Barcelona se retrasaba para tratar de hilvanar un contragolp­e pero le faltaba precisión. En este capítulo Luis Suárez se mostraba particular­mente errático. El uruguayo no dio una a derechas.

Faltaba brío y desborde para romper líneas pero al Barça le bastaron un par de aceleracio­nes de Messi para poner tierra de por medio. En la primera el argentino se topó con la acertada intervenci­ón de Prieto. En la segunda habilitó a Iniesta. El remate del manchego acabó en la red tras tocar en Rosales. Un gol afortunado con el que el capitán rompía una sequía en la Liga que duraba desde noviembre del 2015 cuando Andrés marcó en el Bernabeu. Un tanto muy festejado, pues despejaba un panorama que amenazaba con pintar tormenta ante las bajas prestacion­es que estaba mostrando el equipo.

Quería divertirse, entre reivindica­ción y reivindica­ción, el Camp Nou y Luis Suárez rozó el tercero con una maniobra clásica a la que le falló la puntería. Aunque para error el del propio uruguayo un poco más tarde. Sergi Roberto le dio un gol hecho pero mandó el balón fuera de forma asombrosa. Suárez se encuentra inmerso en un laberinto y fue sustituido al final por Alcácer, que no jugaba desde el 26 de agosto. El charrúa se marchó enojado y el marcador ya no se movió más pero mientras el equipo vaya ganando las penas individual­es son menos penas.

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 ?? MANU FERNANDEZ / AP ?? Iniesta, exultante, se abraza con Messi en presencia de Digne para celebrar el segundo gol del Barcelona
MANU FERNANDEZ / AP Iniesta, exultante, se abraza con Messi en presencia de Digne para celebrar el segundo gol del Barcelona

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